lunes, 5 de diciembre de 2016

MANZANARES DETIENE EL TIEMPO, ROCA REY MONUMENTAL Y SUTILEZA DE MORANTE EN GRANDIOSO CIERRE DE FERIA


Roca Rey se hace del Escapulario de Oro cortando cuatro orejas, Manzanares 2 y Morante 1



Escribe Martín Campos
Fotos de Francisco Gallegos 

La gente totalmente entregada y volcada en masa a los tendidos de nuestra plaza que celebró por todo lo alto su sesquibicentenario aniversario con grandioso colofón de una rotunda feria que nos regaló una empresa conocedora, manejada con mucha afición y compromiso
En efecto, con la mejor entrada en muchos años, donde el público abarrotó los tendidos, se dio la quinta corrida de la presente edición de la Feria del Señor de los Milagros, Acho 2016, y bajo brillo solar intenso, hicieron el paseíllo esta tarde del domingo 4 de diciembre, los diestros Morante de la Puebla, de malva y azabache; José Mari Manzanares, de burdeos y oro, y Andrés Roca Rey, de teja y oro.
Toros de Hermanos García Jiménez, buenos, con juego variado, destacando el primero, quinto y sexto, siendo el segundo de Manzanares, un gran toro, muy noble y bravo.
Espectacular ovación en el saludo de bienvenida que Acho acostumbra, haciendo salir al tercio a la terna. Qué hermosa luce la plaza llena hasta las últimas filas, brindando este colosal recibimiento que estremece.


Paseíllo en marco de lleno espectacular  ayer en Acho




EL SUTIL ARTE MORANTISTA
Siempre se le espera y se le esperará al de la Puebla. Maestro esteta de subliminal concepción artística. Recibe al que abre plaza, “Derribado”, negro listón, de 474 kgs., lanceando el capote por verónicas y bonito remate en Morante que propician los primeros aplausos. Yaco II  en el segundo encuentro recarga algo y se protesta. Cuando se da uno, pitos, ahora que recibe dos puyazos el toro, también. Desconcertante público de ahora.  Carretero bien en el primer par y mejor en el segundo.
No hay brindis y comienza la faena de muleta con derechazos por bajo a un toro que mete la cara con clase, tiene son pero es justo de fuerzas y pierde en una las manos. Va mejor por el derecho que es por donde pasa mejor  aunque le falta un pellizco de chispa para transmitir. Se descalza para instrumentar un par de derechazos inmensos que podrían apagar la luz y dejarnos marchar tranquilos, pases por alto, cambiados y de pecho que encienden la música y dejan oír los primeros olés. Algo protestón el toro sobre las rayas no permitiendo el acople total. No va por más y concluye una faena que no alarga con ¾ de estocada arriba de la que dobla rápidamente el burel. Faena donde el de Puebla estuvo por encima del que le tocó en suerte, dejando verse y a gusto. Ovación. Le conceden una oreja.  Aplausos al toro en el arrastre y algunos pitos del sector alto del 12.



A su segundo, “Caramelo”, negro, bragado, es decir de vientre blanco, de 494 kgs., que sale con el morro golpeado, lo lancea por alto probándolo. Angelo Caro señala bien en un puyazo largo. Destaca Alonso Mamani en los palos. Brinda al público y va por ayudados, en uno se le vence y un desatinado le grita” párate en los medios”. El toro acude, embiste y sigue el engaño pero con escasa transmisión.  En la siguiente serie parece despertar el toro y repite con más alegría logrando una buena serie que devuelve los olés, olés! Vuelve a descalzarse y pese a la voluntad decae la faena que no tuvo casi nada por el izquierdo. Estocada desprendida entrando bien. Descabello certero que lo pasaporta. Silencio.
Pase por alto de Morante

Genio y figura

CUANDO EL TIEMPO NO TIENE RAZON DE SER…
En la mano portentosa de un José Mari Manzanares que detuvo todos los relojes en el que salió quinto. Antes, en su primero, segundo de la tarde, de nombre “Zarabanda” un negro listón de 493 kgs., que es alegre y remata en el burladero del 4, son por verónicas el recibo en los medios a compás abierto que remata con vistosa revolera. Pica Pedro José Morales y el tercio de banderillas no es lucido.
Sin brindarlo comienza por derechazos de gran factura, con mando y hondura rematando el pase a un toro que aunque tardea algo es fijo y toma el muletazo. Derechazos por bajo, molinete y cambio de mano que liga con el de pecho. La banda se echa a tocar y la gente se entusiasma. En la siguiente lo prueba por el pitón contrario pero es poco lo que ofrece el torito que le pega un par de miradas y le mece arriba la cara. Se queda y ya casi no quiere pasar el burelito que tiende a rajarse. Apresurado pese a que lleva la cara alta y no está cuadrado, entra a matar caminando marrando como era previsible, tres pinchazos hasta que por fin al cuarto intento sin tomar distancia entierra la espada en buen sitio que mata casi de inmediato. Silencio.


Preciosa revolera de remate
La faena de ensueño llega en el quinto, un gran toro, muy bravo, de lejos el mejor del encierro y de toda la feria, ganador a merced del Escapulario de Plata. Bautizado como “Veraneante” es negro de capa con 476 kgs.,al que recibe a gusto por verónicas y que se arranca al caballo que monta César Caro que instrumenta buen puyazo pero sale perdiendo las manos el torito y se recuesta a un costado. El quite es magistral por chicuelinas dinásticas que obligadamente evocan al gran padre del diestro, ceñidas y a manos muy bajas,  olés inmensos bajan entonces desde todos los tendidos. Gonzáles bien por alto con las banderillas, al turno de Denis Sánchez le recorta el viaje el toro y pasa en falso colocando muy bajo. Inicia la labor con la pañosa en una buena serie de derechazos muy poderosos y templados, embarcando la embestida del toro que tiene mucha clase y transmisión. La faena es por ambos pitones, con lentitud pasmosa en naturales de ensueño, larguísimos, consintiendo, endulzando y mimando a su toro para estructurarle una faena inmensa llena de temple tocándolo apenas para meterlo y conducirlo en su muleta de la que va prendida su oponente bajo la poderosa muñeca del alicantino que quiebra tanto como para dejar oír su crujido. Pases por ambos lados con aire hondo y a ralentí que detienen los relojes y presagian clamoroso triunfo. Todo en un palmo va por el redondo eterno ligando el de pecho que vuelca la plaza a sus pies y catapulta al público de sus asientos. Se divisan algunos pañuelos pidiendo el indulto para el toro que no prospera. Con la faena hecha y el Escapulario en las manos entra a matar recibiendo dejando espadazo fulminante del que dobla ipso facto el gran toro de García Jiménez. Le gritan ¡toreo, torero! Y la plaza es un loquerío en medio de un bosque de pañuelos blancos. Le concede el juez las dos orejas que pasea entre clamores. Pañuelo azul para el toro. Emocionado el diestro recoge en los medios un puñado de arena que besa y lanza a los aires en señal de evocación por la figura paterna del maestro Torero de Lima al que con riesgo de que nos tilden de hereje pensamos ya está alcanzándolo.

José Mari Manzanares lo que se hereda no se hurta
Muleta portentosa la del alicantino

en el nombre del padre

EL GALLO PERUANO DE GONADAS DE ACERO…
Si Manzanares ya saboreaba el Escapulario, que de haberlo obtenido nadie hubiera disentido, hubo uno que aún no resignaría verlo camino a la Iberia. Ese fue, es y será (hasta cuando Dios mismo se harte de verlo estremecer al mundo entero) el indómito Andrés Roca Rey, que sale lo mismo allá que acá, con este o aquél, con lo que le pongan en frente, a no dejarse ganar, a ir adelante siempre con esa cota de entrega, arrojo, que no de temeridad suicida como lo señalan algunos en comprensible ansiedad de no verlo lastimado, porque a Andrés lo queremos todos, propios y extraños, y que pese a ello no somos nadie para decirle que renuncie a la esencia de su arrebato inconmensurable que él mismo en muchas ocasiones ha descrito como  fundamento propio de su identidad, que por ahora, como vemos le es irrenunciable.


Verónicas rodillas en tierra de ARR
“Clandestino” es su primero, el que sale tercero, negro con 472 kgs., al que recibe con larga de hinojos en el tercio, lo lleva  a los medios con garbo torero en los vuelos de su capote, remate primoroso a una mano para dejarlo en jurisdicción de David de la Barra que se agarra bien. Buen par de Ricardo Ramos “El Loro”. Es atronadora la ovación para el de la casa en el brindis ofrecido en los medios. Ovación de épocas idas que endulzan los recuerdos y enjugan párpados humedecidos. Ayudados por alto en el trasteo inicial, pierde la mano el toro pese a recibir pases sin sometimiento. En una lo cambia inesperadamente por detrás y pega el sobresalto en las gradas. Mete la cara el torito que es justito. Pase cambiado y el del desdén. Luego naturales, un farol y la música se echa andar. Ayudado por alto que liga con un cambiado; por la izquierda muy bajo esta vez arrastrando la franela. Deja algo abierta la ventana y le mete el cabezazo. Olés que no tardan en aparecer. Cambio de mano y el forzado de pecho que es una pintura. Le gritan ¡Torero, torero!.  Todo lo hace Andrés y está por encima de su oponente en todo momento. Toreando de manera superlativa a despecho de aquellos que aún no tiene convencidos. En los medios manoletinas muy ceñidas, para preparar la muerte que llega con un espadazo fulminante. Bosque de pañuelos blancos que se traduce en orden directa al palco de la autoridad que concede de golpe las dos orejas. Clamor incondicional en la vuelta al ruedo del nacional.


El que cierra en sexto lugar es “Pelitino”, negro listón de 489 kgs., astifino del derecho, va por dos lances  probándolo, rodillas en tierra son hasta cuatro las verónicas que mece con temple para rematar con la larga. Buena pica de Joseph Rojas que da la sensación será insuficiente, en el llamado quite el primer lance alza el capote a modo de tafallera que encadena con gaoneras, un farol y otra larga para el remate. Requerido Denis va de poder a poder y tras colocar bien cae y queda a merced del noblote que no hace por él felizmente al saltar por encima del de plata mientras yace tendido. A su turno muy bien Ronald Sánchez que ha tenido una buena feria. Lucido el segundo de Denis por lo que ambos toreros se desmonteran y reciben pedazo de ovación. El tercio de la feria.
Luego de otra ensordecedora ovación tras el brindis, inicia genuflexo de ambas rodillas aguantando espeluznantemente el viaje del toro que parece se lo llevará de encuentro pero tiene ante él uno con más fibra que cualquiera, para sacar la arrucina impensable. Música acompañando los naturales con mano desmayada que son jaleados por la gente gritando ¡Perú, Perú! Como si fuera el fútbol, cosa que no nos parece esté bien ni que se cambie el pasodoble por la marinera, pero, cosas de gustos y colores, finalmente. Luego en la siguiente serie se deja enganchar al final del muletazo siendo así menos aseados los pases. Vuelve a la izquierda tratando de llevarlo pero ya se va quedando algo el toro que colabora menos. Cuando le exprimía los del arrimón final es levantado y le pega una voltereta que a todos acalla, se repone y valientísimo sin mirarse apenas, otra vez rodillas en tierra le mete la cara a la altura del pecho sin consecuencias. Le gritan desde el callejón “a por la espada” que coge y mete otro estocadón de efecto inmediato. Dos orejas que caen tras petición fuerte y sostenida por la segunda. Vuelta al ruedo con toda la plaza puesta en su esportón.

gallo peruano

Finalmente en ajustada decisión, el Jurado del Consejo Taurino del Rímac lo declara ganador del Escapulario de Oro del Señor de los Milagros 2016, por mayoría de ocho votas contra siete obtenidos por Manzanares; ganando esta forma ARR consecutivamente en dos años el máximo trofeo de la feria.
El Escapulario de Plata se lo llevó el toro “Veraneante” de García Jiménez lidiado por José Mari Manzanares.
La premiación se realizó en el Centro Español entre un gran número de aficionados.
Gran feria la de esta temporada que avizora  para mejor las subsiguientes.

Lleno total para el cierre de una gran Feria

(MC)

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