domingo, 3 de diciembre de 2017

ROCA REY: TERCER ESCAPULARIO EN DECISION POLEMICA DEL JURADO

Nuestra figura mundial expuesto innecesariamente ante la picota de la opinión mayoritaria de los aficionados...

Tarde entretenida con gran marco de público que mantiene la esperanza de suponer que la Feria aún sigue siendo viable...

Escribe: Martín Campos

En decisión más que polémica el Jurado Taurino del Rímac ha sancionado la entrega del Escapulario de Oro de la Feria del Señor de los Milagros en favor del matador y figura mundial del toreo Andrés Roca Rey constituyéndose de ésta forma en el único espada en obtenerlo por tercera vez y de forma consecutiva.

No obstante, un sector mayoritario dejó expresar su desacuerdo con la dispuesto por el jurado luego de considerar al paisano Joaquín Galdós como legítimo poseedor del trofeo limeño. Tema para análisis que tocaremos en artículo aparte luego de reflexionar detenidamente.

El Escapulario de Plata fue declarado desierto.

Esta vez bien el público, tanto de sol como de sombra, pero mal otra vez el juez con más de un desatino. Qué ganas de echarse a la gente encima.

En tarde muy soleada y con lleno total en los tendidos de la Plaza de Toros de Acho se dio el fin de feria con la quinta corrida del abono donde se presentaron nuestra figura Andrés Roca Rey, José María Manzanares y Rafael Serna que confirmaba en Lima el doctorado. Se corrió un encierro parchado con  dos toros de Ventana del Puerto, el 1ero. y el 5to.; y cuatro de García Jiménez, los echados 2do., 3ero., 4to. y 6to., respectivamente. Corrida chica, anovillada, algunos como el primero y segundo muy pobres de cara y de presencia terciada. Dos sobreros fueron de El Olivar, saliendo uno de ellos para reemplazar al segundo de la tarde que fue cambiado.

José Mari Manzanares, oreja al bis primero y saludo en el tercio.

Andrés Roca Rey, dos orejas y oreja.

Rafael Serna, silencio y oreja

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Andrés Roca Rey, de tabaco y oro, volvió desde el Ecuador con el esportón lleno para el fin de fiesta en Acho, En clara declaración de intenciones y ante el asombro general, se planta de hinojos ante la puerta de los sustos para recibir a portagayola a su primer oponente, un castaño de nombre Virrey, que si bien también resulta chico es el más en tipo y de morfología armónica, que tuvo desplazamiento y llegó a transmitir. Lástima que se apagará pronto diluyendo la tesitura de una faena donde si bien es cierto nuestra figura mundial indiscutible se entregó en cuerpo y alma brindando cuotas de alta emoción con su toreo de valor y también del puro. Tras el recibo capotero con la variedad artística que le imprime como sello distintivo y personal que lo ha encumbrado en la cima del toreo mundial, deja oír para sí las primeras rotundas ovaciones de un público que presagia tarde de triunfo. Los de plata Denis Castillo y Ronald Sánchez se desmonteran tras buenos pares de banderillas. Inicia luego de brindar en los medios con rodillas en tierra una serie por derecha que concatena con sus habituales cambiados de forma inverósimil, todo marca de la casa. Suena la música al acorde del paso doble Roca Rey con arreglos del Cóndor Pasa y el Himno Nacional. Tiene cierta clase el torito y el espada lo sabe consentir por la izquierda. Cuando acusa la exigencia que le imprime el poder de la muleta de ARR, surgen las luquesinas y los pases de su repertorio. Estocada tendida y ligeramente pasadita apenas, marcan el final de la res que cae fulminada y sin puntilla rueda a sus pies. Se llenan los pañuelos en el cielo y el juez concede las dos orejas casi al unísono de manera excesiva aún cuando se haya pedido por el público que como sabemos es el soberano.


El que hizo quinto y segundo de Roca Rey, tuvo alguna complicación, salia muy suelto y no hacía por los engaños con alegría ni codicia por el contrario resultó flojo y reacio de embestida. Va por la montura que cubre la puerta recibiendo un picotón bajo. Alonso sale de la suerte con los palos apurado. Brinda Andrés a su tío Juan Antonio. En los medios los pases por bajo hacen perder la mano del morito luego de lo cual lo llevaría de menos a más tapándole los defectos. Roca Rey es el que embiste y ya aguantando los parones del que se viene abajo, porfía y logra que termine de pasar el toro siempre bajo su mando. Cambia la música del pasodoble que ya sonaba a la empática marinera, parado en un mismo sitio intercala pases por ambos pitones y todo lo hace el matador que por algo está dónde está en el toreo. Pincha en un primer intento par luego al segundo reventar al toro con soberbio espadazo. Oreja de ley que nadie discute.



José Mari Manzanares, de azul marino y oro, siempre será un torero en maestro, cuajó una faena sobrada de oficio ante el bis echado como segundo luego de cambiar el juez sin más remedio por la unánime insistencia del respetable, incluido el matador, al que  salió titular, muy pobre de cara y con menos cuajo de toro. No terminamos de comprender, si se iba a cambiar al toro por qué se le dio pase ? El bis tampoco distó mucho pero se empleó por poseer ese son que lo hace acudir aún cuando sin claridad. Ante ésto Manzanares siempre por encima se antepuso sobre su oponente con dominio y sapiencia de maestro. Estocada recibiendo algo delantera que causa hemorragia siendo efectiva. Una oreja concede el usía ante pedido del respetable.



El cuarto Doctor, se la para enterrando los pitones en la arena, va justito de fuerzas más cuando la muleta del diestro lo quebranta por bajo. Tiene el toro cosas para no confiarse, sin acople con él decide acortar yendo por el acero pero al hacerlo, el juez en desatinada reacción ordena la música que la banda propala en medio de los reclamos del público siendo el propio José Mari quien manda callarla para ejecutar la suerte suprema que llega tras dos pinchazos y una tendidilla. Saludo en el tercio.



Rafael Serna, de vainilla y oro, confirmó en Acho y se mostró con predisposición para dejar buena impresión ante el público limeño. Con el primero mostró sus refinadas formas de aire sevillano y pudo alcanzar alguna cuota alta pero se quedó pronto sin toro, echando más ganas que posibilidades. Marra con la espada y se suceden varios golpes de cruceta. Silencio.

Con el que cerraba plaza siguió en lo mismo tratando de dejarse ver y agradar pero es poco lo que le pudo brindar su oponente que nunca rompió por emplearse y careció de esa chispa que le haga llegar a los engaños con alegría. No obstante, el sevillano dejo buena impresión en su debut limeño tocando pelo ante opiniones divididas.




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