emocionante tarde de toros en la localidad canteña con
buen ambiente y un excelente tercio de varas en el sexto
Escribe Martín Campos
Domingo 17 de setiembre del 2017. Con cielo nublado
y rompiendo en ligera llovizna intermitente, se dio la segunda corrida de toros
en honor de la Santísima Virgen del Carmen La Ponchosita en la
plaza portátil montada para la ocasión la cual lució tres cuartos de entrada.
Se lidiaron seis toros. Cinco fueron de San Pedro, desiguales de presentación. Mansurrones,
faltos de casta, violentos rematando todos de salida pero con poco fondo.
Defendiéndose. Salvo los que destacaron, el primero, aunque se vino abajo
pronto y con nota más alta el tercero. Completó uno de Santa Rosa, el sexto que
cerraba, que destacó por su bravura y acometividad, bonito de tipo, el mejor de
la tarde. Se empleó en el caballo encelándose con el peto, metiendo y apretando
en tablas. Buen toro.
Israel Téllez : Silencio y silencio
Juan Carlos Cubas : Silencio y silencio
Rafael Orellana : Oreja y oreja
Bien organizada la corrida, observándose todos los
aspectos de seguridad tanto dentro como fuera de la plaza. Fue notoria la
diferencia entre la corrida de la semana pasada y ésta. Cuando las comisiones
se asesoran bien se evidencian los buenos resultados.
Previo al paseíllo salieron la ruedo chalanes locales
montando caballos peruanos de paso.
Declarado triunfador el venezolano Rafael Orellana.
Edward Jorge Valdez El Rata destacó en
banderillas y saludó desmonterado.
Tremendo puyazo del varilarguero Cristhian
Cahuantico propinada al sexto que pese a que el público suele tomárselas
contra los castoreños, con su labor no solo revirtió estas actitudes sino que
consiguió ser reconocido con gran ovación general. Muy bien.
El banderillero Gustavo Jiménez Pelusa la sacó
fácil al librarse de un serio percance tras ser levantado y arrojado tras la
valla del callejón por el tercero que lo empaló, sin consecuencias felizmente.
Actuó como Juez de Plaza el ex matador Daniel
Palomino de buen criterio.
Gran ambiente festivo que pese a la llovizna no decayó en
los tendidos.
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Esa conjunción entre un toro bravo y torero, cuando
resulta lograda es, qué duda cabe, lo más bello y grande del toreo. La de ayer
pasará a ser recordada entre los aficionados conocedores que la presenciaron,
una tarde donde la suerte de varas dejó de ser ese manido y mero trámite en la
que se va convirtiendo actualmente, sino por el contrario quedar impregnada en
nuestras retinas merced al extraordinario puyazo aplicado por César
Cahuantico al sexto gran toro que cerró plaza, el punto más alto y emotivo
de esta buena y entretenida jornada llevada a cabo en la pintoresca y bullidora
Canta, tierra limeña de enorme raigambre taurina.
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Tremendo puyazo de Cahuantico, de lo mejor |
Es que si bien el ambiente no decaía en su entusiasmo, lo
anodino del juego que daban los toros debido a la escasez de casta tanto en el
primero, segundo, cuarto y quinto y sobrellevado en alguna mejor forma por el
que se echó tercero, que sí destacó por su desplazamiento y acometividad, la
voluntad y predisposición de los diestros se diluían más por una declaración de
buenas intenciones. Lo tuvo así el nacional Juan Carlos Cubas que
pechó con el lote menos propicio. El nacional, que salió vestido de nazareno y
oro, optó por aliñar tanto en su primero, el corrido en segundo lugar, un toro
alto , feo, complicado que nunca humilló y se paró pronto. No tuvo embestida
franca, mirón y revolviéndose rápido, al que pasó a mejor vida tras pinchazos pues quedó con la cara arriba; como en el negro mulato que salió quinto,
mansurrón, descastado y rajado. Sin historia, lo pasaporta con una estocada arriba.
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Nacional Juan Carlos Cubas |
El mexicano Israel Téllez, de burdeos y oro, abre
plaza con el herrado N° 543, que sale con bríos, remata con violencia y al que
recibe con verónicas tratando de sujetarlo y ponderar el castigo que debe
llevar en la pica de Franklin Diaz al que le parte la vara en la primera arremetida
que pegó tremendo topetazo contra el peto. Segundo puyazo recargando que luego
condicionaría su comportamiento pues se quedó sin gas y apagó pronto. El torito
tuvo motor y se desplazó hasta donde le alcanzó el aire. Bien Edward Jorge
Valdez El Rata con los rehiletes. Qué tal temporada viene echando el
dinástico de los Valdez. Brindis al público en los medios para luego iniciar
doblándose con pases a media altura. Luego por alto y dándole reposo al morito
que ya acusaba ir quedándose corto y recortar la embestida. Desplantes con la
vista al tendido y solo la franela extendida ante el desoído llamado al cite lo
convencen por tomar la espada que en un primer intento golpea la
divisa –que estuvo mal colocada pues la prendieron en la misma cruz− para
con un segundo meter estoconazo hasta el hoyo. No hubo petición y todo quedó en
ligeras palmas.
Al cuarto lo cogió desentendido, doblones al inicio sin
obligarlo, es otro que acorta el recorrido, no se emplea y termina parado.
Estocada tendida de la que se toma todo el tiempo del mundo para doblar. Silencio.
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Israel Téllez citando de rodillas |
Rafael Orellana es torero con oficio. Actúa en su
Venezuela natal al lado de las figuras europeas y de amplio trajinar en nuestro
país. Conoce al toro de aquí y lo sabe administrar. Sale trajeado de obispo y
oro con bordado de tréboles. Recibe al primero que echa las manos por delante y
le desarma del percal en el inicio capotero. Cahuantico recarga con la vara. En
la muleta parece crecer el toro que mostró complicaciones como la pasada por
Gustavo Jiménez Pelusa al salir de la suerte con las banderillas
haciendo hilo para luego ser cuchareado y empalado lanzándolo tras el callejón.
Repuesto va por el segundo par que no consigue colocar, cae al trastabillar
quedando a plena merced del astado que felizmente no hace por él salvando de
milagro del percance. Pelusa se presentarán la Feria del Señor de los Milagros
dando término a su carrera la que fue muy importante como figura de los de
plata nacionales.
El toro acude al ser tocado pero es incierto, se cuela
por la ventana que deja el diestro llanero pues queda claro que confiado no
está. En una buena serie parece entenderlo y encontrarlo tanto que son logrados
un buen par obligándolo. Así las cosas echa mano del recurso bullidor para
alegrar al gentío que consigue acompañando la música local con bailecito que
entre mezcla con los últimos pases de adorno. Espadazo arriba que produce
vómito haciendo rodar sin puntilla al sanpedrino. Oreja concedida.
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Rafael Orellana por derecha |
El que cerró tarde fue un muy buen toro, que sin llegar a
romper del todo pues no humilló echando el morro abajo, sí en cambió fue bravo,
codicioso, transmitió y tuvo acometividad. Toro para hacerle las cosas bien
pues malas ideas nunca tuvo. Peleó de manera extraordinaria en el caballo
apretando contra tablas la montura de Cahuantico que se agarró bien con él en
un largo puyazo de categoría y mucha emoción del que se creció en el castigo el
bravo. Tanto metió el pupilo de Santa Rosa que terminó parado en el estribo el
picador y casi hasta es derribado. El Rata se luce con los palos en
terrenos comprometidos, allí donde los toros pesan y se hacen sentir. El
brindis es al colega de la casa que está de parroquiano en el callejón, Carlos
Ramírez, que es oriundo de la localidad. Gesto honesto con el que arranca ovación.
En la muleta fue fijo el toro en la embestida. Siempre con el hocico cerrado
acude pronto a cada toque de la pañosa. Aunque saliendo suelto de cada muletazo
pues tendía a buscar querencia. Fue un toro que pedía torearlo bien y poderle
consentir en el sitio que el mismo exigía. Así lo entendió le matador Orellana
y consiguió echarle en mano los mejores pases por ambos pitones. El derecho fue
el mejor que tuvo. La música no se hace esperar en la acompasada banda Bosh.
Faena construida en base al buen oficio del diestro y las buenas condiciones
del toro que permitieron conectar y transmitir. Pases de rodillas, molinetes
jaleados, circulares abrazando al moro, los de pecho y adornos sobre las rayas
echándose la pañosa por los hombros. Pudo sacarle algo más de toreo fundamental
pues tela y bastante tuvo para cortar. Pinchazo inicial y una entera hasta los
gavilanes de la que vomita y cae fulminado. Oreja que no se tuvo claro que
fuera una o dos pues la gente saltó al ruedo y se formó un barullo. Finalmente
no paseó el apéndice pues de inmediato fue alzado para salir en volandas.
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Triunfador de la tarde Rafael Orellana |
Tarde entretenida, con puntos altos de emoción. Bien por
la organización que se dejó asesorar por gente conocedora. Lo disfrutamos.