Terna peruana que concitó gran expectativa en la taurina provincia limeña...
Escribe: Martín Campos
Canta,
Lima (Perú). Lunes 10 de setiembre del 2018. Corrida tradicional en honor a la Santísima Virgen de la Natividad y al Niño Jesús Mariscal Chaperito dada en
la plaza portátil El Toreo, que llenó
sus tendidos totalmente, con astados de San
Pedro (3), el tercero, quinto y séptimo, que resultó un muy buen toro al
que se le concedió el indulto. De Santa
Rosa fueron otros tres, los corridos primero, segundo y sexto. Mientras que
uno correspondió al hierro de La Viña
Paiján.
Partieron plaza tres matadores nacionales, Juan Carlos Cubas, Alfonso de Lima y el local Carlos
Ramírez Morenito de Canta.
Juan Carlos
Cubas, silencio, oreja y dos orejas simbólicas tras
indulto.
Alfonso de
Lima, silencio y vuelta al ruedo.
Carlos Ramírez,
oreja y oreja.
Detalles
Salieron a volandas por la puerta grande, los
matadores Juan Carlos Cubas y Carlos Ramírez.
Edward Jorge Valdez El Rata destacó en banderillas y saludó desmonterado.
Mucha gente llegada desde la cercana capital Lima pese
a ser día laborable.
Al término del festejo, un aficionado con evidente
síntoma de embriaguez fue terriblemente cogido luego de lanzarse de manera
imprudente a la puerta del toril para tratar de ayudar a enlazar al toro
indultado.
Juez de Plaza fue el matador en retiro Daniel
Palomino.
Muy bien organizada la corrida por parte de los
mayordomos, señora María Fuertes Yalán y familia Camargo, habiendo cuidado y
previsto todos los detalles.
Mal el
comportamiento de algunos individuos que arrojaron botellas contra los
picadores, de las pocas que hubieron pues se prohibió su ingreso.
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La
temeraria imprudencia que proviene del descontrol alcohólico casi tiñe de
tragedia la que había sido una tarde taurina festiva y bien organizada en la
localidad de Canta. Una persona fue cogida y zarandeada de forma espeluznante
por el último toro tras pretender ayudar a devolverlo a la manga del toril.
Recibió tres cornadas en la pierna izquierda por lo que fue derivado
prestamente a la ciudad de Lima en una ambulancia. Estas cosas no deberían
suceder. Es imprescindible que el público entienda que las cosas del toro son
resueltas por la gente del toro y no por espontáneos.
El resultado de lo que venía realizándose en el ruedo
tuvo punto y momentos variables. Tras el inicio expectante y la algarabía de
los grupos taurinos característicos de la localidad, como el Santo Cachón, El Infiel, El Morrillo, Forastero, Puro Corazón, Sangre Canteña, Cholo
guapo, entre otros; la tarde caía en un disimulado y apenas ostensible
letargo hasta el sexto toro cuando y sobretodo con el último que fuera
indultado por Juan Carlos Cubas, de
sangre de toro y oro, la gente volvería
a entusiasmarse. Previamente abrió plaza con un toro de Santa Rosa, hecho y con
cuajo pero reservón, áspero y bronco que fue siempre con la cara arriba.
Complicado, pese a las ganas que echó
por delante el matador huancaíno. El fallo con la espada sentenció el silencio
para su labor.
Con su segundo, que salió en cuarto lugar, un
ensabanado mosqueado de La Viña-Paiján que era el único del encierro con este
hierro y al que recibió por repetida vez con larga cambiada, trató de hacerle
las cosas bien pero el corto recorrido del astado le impidió ligarlo. Estocada
entera algo tendida de la que rueda fulminado y a cobrar una oreja.
Se sorteó entre Alfonso de Lima y Cubas el toro del
colofón. El séptimo, pues ya el matador
de casa había asegurado la puerta grande. Un colorado de San Pedro que fue
recibido por Juan Carlos con vistosos lances del capote rodillas a tierra para
la larga a mano cambiada y remate por chicuelinas. Tras el trámite en varas
donde apenas fue señalado a pedido del matador, replica el quite un animoso
Alfonso de Lima luciéndose con las navarras y la media de rodillas a lo Pepe
Ortiz. Contrapunto para celebrarse entre el público ya de nuevo metido en la
tarde. Faena con estructura, solventada en buenas series por ambos pitones ante
la nobleza y motor del bravo sanpedrino que llegó con fondo hasta el final. Muy
bien estuvo Juan Carlos, como siempre se le quiere ver. Así las cosas y con el
público metido tanto en la chaquetilla del matador como en el rebozo del toro,
el indulto se hizo cuestión de fe y de homogénea petición ante el usía que
accedió mostrando el pañuelo naranja.
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Juan Carlos Cubas toreando de rodillas |
Alfonso de
Lima, de mercurio y oro, que había toreado la víspera en
otra portátil en Lima, llegó casi al filo del paseíllo. Estuvo entregado en
todo momento y con esas ganas de siempre por triunfar. Lástima que su lote no
le permitiera destacar conformándose con solo una vuelta al ruedo en su segundo
toro, el quinto, que no fue bueno como dicta un conocido apotegma pues tuvo el
defecto de ser reservón, incierto y protestón. Más que embestir topaba, nunca
metió la cara por bajo y llevaba sosería. No obstante, la persistencia del
matador limeño le redituó una vuelta al ruedo tras estocada pasada y
descabello.
Con su primero la cosa fue a menos todavía. El corrido
segundo de Santa Rosa, fue castigado en varas acudiendo tres veces; complicado,
hace deslucida la labor de los de plata que pasan las de Caín. Le intenta por
la diestra, por el izquierdo es en vano. Tras estocada honda, acierta con la
cruceta. Silencio.
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Recorte muy torero de Alfosno de Lima |
Carlos Ramírez
Morenito de Canta,
es ídolo local y pese a ello volvía a su tierra luego de algunas temporadas.
Motivado y entregado, inicia su labor con la pañosa al corrido en tercer lugar
de San Pedro mediante pases por alto flexionando piernas. Sobre las rayas al
rematar de pecho es levantado espectacularmente. Repuesto vuelve a la cara de
su oponente para afiatarse mejor por el pitón izquierdo que es el del toro.
Suena la música y la gente le hace sentir que está con su matador. Saca
adelante una faena cumplidora de la que toca pelo tras pinchar arriba y colocar
media estocada contraria.
Con el sexto, otro ejemplar de San Pedro que es
gazapón pues embiste de forma incierta y sin fijación, lo porfía en su
querencia donde de uno en uno le extrae pases por doblones por el pitón
derecho. El astado se abriga o trata de aquerenciarse y Morenito se muestra
bullidor en un par de desplantes. Mata enterrando el acero con rápido efecto.
Una oreja pedida clamorosamente, luego piden la segunda y se concede.
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Morenito de Canta |
Tarde de
tres toreros peruanos, dos de ellos acartelados en la presente Feria del Señor
de los Milagros mientras que Morenito de Canta porfiando y dando batalla por
conseguir las oportunidades que merece tener. Enhorabuena.
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Terna nacional |
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(publicado previamente en www.torosenelmundo.com)