Tarde fría con anuncio de lluvia, la que finalmente se
desencadenó, dio el ambiente para la quinta de abono del ciclo serial de la
Feria de San Juan Bautista de Cutervo.
Escribe Martín Campos
Ante media plaza, la que terminó llenándose hasta tres cuartos, hicieron el paseíllo en la
Monumental “Jorge Piedra Lozada” los diestros:
Oliva Soto,
de caña y oro con remates negros: pitos y dos orejas.
Esaú Fernández, de grana y oro: palmas y dos orejas.
César Bazan, de sangre de toro y oro: oreja y silencio.
Ganado de la huanuqueña ganadería de Parra que fueron cinco
más uno de Salamanca; desiguales de presentación y juego. Se dejaron los
echados en 2do. y 5to. lugar, respectivamente.
Como dice el dicho, unas son de cal y otras de arena, el cual esta vez recayó en OLIVA SOTO, que abre plaza con “Chucoipico”, #24 de Parra, negro
listón que es muy bizco del izquierdo, toro largo, silleto que sale huído en su
primer encuentro con el caballo de Josep Rojas, vuelve y es lo mismo, al
tercero da pelea apretando mostrando comportamiento incierto como el clima que
desata en lluvia.
El toro se recuesta por el izquierdo, muy bien El Rata
bregando. Trata el matador en los medios el trasteo de muleta pero su oponente acusa
tendencia a rajarse pronto. Apura la muerte sin tenerlo del todo colocado pues
el toro caminaba y no se quedaba quieto, pinchazo tras pinchazo, pasa las de
Caín, siendo interminables los golpes con la cruceta que en acción reprochable
trata de insertar entre las costillas. Así no, matador, no demos coba a los
enemigos de la Fiesta. Tras oír dos avisos, dobla por fin el infumable primero
de la tarde. Cruza el ruedo el diestro con la cara baja soportando la bolina
del público
.
El cuarto que es negro listón de nombre “Alborada” número
490, de Salamanca, sale sin la divisa. Le permite abrirse de capa
por verónicas para el saludo en el tercio, en los medios son vistosos los
lances que adorna con una serpentina. Tras salir de su encuentro en varas de la
que solo es señalado, se lucen con los garapullos El Rata y Verita, que tiene
más arte que todo el ballet nacional junto. Saludan, desmonterados, en el tercio.
Brinda a alguien en el tendido y comienza su labor con la franela doblándose en
cada muletazo que el toro toma bien metiendo la cara a media altura. Derechazos
ligando con los de pecho. En uno le protesta y tira la cara para arriba.
Naturales con gusto, tiene buen pitón izquierdo el torito. Se le cerró en uno.
Alza vuelo la faena y Oliva olvida el trago amargo pasado en el primero.
Derechazos, molinetes, rodillas a tierra que es lo que gusta, desplantes.
Música que empieza con pasodobles y termina en carnavales locales. Ha tenido un
buen toro que despacha con estocada algo trasera y contraria. Yoverita está acertadísimo con los cachetazos
todas las tardes. Dos orejas concedidas que debió haber quedado solo en una.
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Oliva Soto |
ESAU FERNANDEZ, ha venido a Cutervo en pose de figura, ya en la
víspera había increpado al ganadero por los astifinos pitones del que dio
cuenta. Conversamos con el matador y nos afirmaba categórico: “yo toreo lo que
me pongan…pero no pueden echarme uno así con dos cuchillos aquí en donde no hay
enfermería…”. Si ponderamos sus palabras por el lado del ser humano
perfectamente resultan entendibles. Pero no justifican que seamos tan
condescendientes y echen un toro prácticamente sin defensas. Esta vez la
escobina jugó un papel notorio en extremo. Nadie pretende que un torero haga el
viaje cruzando el charco, se embarque de nuevo y soporte horas de camino para
ganarse el percance sin la posibilidad de una atención adecuada. No solo existe
un hospital en frente, sino que además y como debe ser, se puso a disposición
una ambulancia debidamente equipada con un cuerpo de cuatro profesionales
médicos dentro de la misma plaza. No criticamos el reclamo, sino la forma de
efectuarlo. Otra cosa, desde ayer se iba de guasa con el Juez. Más humildad,
matador, que Ud. es uno que cae siempre bien por aquí.
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Servicio médico de la plaza |
La faena: “El Cuacharo” también negro listón, brocho y
groseramente tocado, de Parra que hizo de segundo, lo recibe a paso de
verónicas por mano baja, llevándoselo a los medios donde el remate es con
vistosa revolera. Derriba el morito la cabalgadura del Toto y no vuelve más. Pedro Valdés toma el primer par y Zorrlla pasa en falso al segundo acierta
yendo más en corto. Brindis al público en los medios que se retribuye. Inicia a
pies juntos con muletazos por alto. Pasa bien el toro que tiene cosas buenas.
Templando lo va metiendo en cada natural despacioso; afarolado y molinetes
remarcan la serie. Mostró sobrada voluntad a un toro que le embistió por donde
el diestro le puso la muleta. Mata de estocada certera. Aplausos.
“Aficionado” es el quinto; el que mejor juego dio. Con una
larga de rodillas lo recibe al borde de las tablas. La banda, desconociendo los
tiempos del toreo, se echa a tocar el Gato Montés. Recibe un picotón del que
rehúye. Brinda al Juez de plaza, en hecho insólito pero no inédito, acto que
huele a guasa y que el experimentado Carlos Castillo supo corresponder con altura.
Cosas que se ven. En muleta el toro repetía y cada vez que lo citaba el torero
sevillano, acudía con fijeza. Por el izquierdo tuvo calidad y es por donde Esaú
solventa la faena. Naturales de factura, molinetes rodilla en tierra, adornos
para las flores metiéndose al público en la chaquetilla. Faena de oficio a la
que pudo haber redondeado más, dadas las condiciones de su oponente. Mata de
un bajonazo que no es óbice para que se le concedan las dos orejas ante la
exigencia del público que pese a no dejar ver los pañuelos por la cantidad de para
lluvias en el tendido, se las pedía al Juez que devolvió la “cortesía” junto
con la montera del matador.
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Esaú Fernández |
César Bazán “El Yeta” que no pudo actuar en su tierra
Bambamarca, mostró ganas y predisposición por no quedar menos que sus
alternantes. Le correspondió un colorado de Parra, de extraño nombre como de
casi todos los del ciclo: “El Recordado”, toro
alto que no dejaba de mirar, lo recibe con verónicas y el remate es con capote
a una mano en tablas. Por chicuelinas lo deja al caballo de donde recarga. Por
los palos van Ronald y Denis Sánchez y en la brega cumplen Caballito y el
experimentado Ricardo Ramos “El Loro”. Brindis muy torero a sus colegas
nacionales, Víctor Hugo Garavito, Sebastián Vela y Emilio Barrantes a quienes
hace salir al ruedo y está bien pues se trata de sus pares y no de
aficionados. Comienza la faena con la flamula
doblándose por derechazos a media altura sin obligarlo, a su aire. Es lograda
la primera tanta cerca a tablas con la muleta por la diestra. Es bueno el pitón
derecho del toro y El Yeta lo aprovecha por ahí todo a media altura que es como
le pide. Derechazos doblándose que remata por sendos de pecho en cada mano. Por
la izquierda no termina de estar y hay uno que otro más afiatado. El toro tiene
buenas maneras, es noble y no hace por el matador cuando trastabilla y cae
quedando absolutamente a merced, susto que la ligera lluvia diluyó. Le
conceden una oreja que pide el público tras matar a un tiempo de estocada
honda. Para algunos , la concesión les parece condescendiente y
nacionalista para lo brindado por el torero de casa que pudo aprovechar mejor
las cosas. Luego nos enteramos, por propia boca del matador, que sufrió un fuerte golpe que lo tuvo a mal
traer durante pasajes de la lidia.
Al sexto que cierra tarde, “Cutervino”, otro colorado, alto
de agujas, ojo de perdiz y bociblanco luego del recibo con larga a una mano
llevándolo nuevamente por “navarras antiguas” a la monta del varilarguero. Le
instrumenta una faena con toreo más bullidor donde los pases se intercalan con
doblones, molinetes y desplantes al toro que va quedándosele corto y no codicia
los muletazos. Son las manoletinas finales las que preparan la muerte del toro
que llega a través de estocada contraria y tendidilla pero que es suficiente.
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El Yeta, César Bazán |
Foto de encabezado, paseillo y médicos, BdR.
Fotos de diestros cedidas para todo uso gentilmente por Miguel Angel Pardo.
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