Gran afición demuestran los residentes de Chumpi en la capital con la Corrida del día del Trabajo...
Escribe:
Martín Campos
Villa María del Triunfo, Lima (Perú) Domingo 1° de mayo del 2019. Con brillo solar y en tarde calurosa, se ha dado la tradicional corrida de toros del distrito ayacuchano de
Chumpi, en la plaza de toros portátil
Monumental Torokuna, que vio practicamente lleno su aforo, registarndo su hasta ahora mejor entrada en lo que va de temporada.
Anunciada como mano a mano y concurso de ganaderías, partieron plaza los diestros
Cristóbal Pardo, colombiano con más de una década de temporadas en el Perú, y el local
Alfonso de Lima, una de las primeras espadas del país, ante un encierro de cuatro ejemplares escasos de presencia, muy terciados -salvo el cuarto que sí fue toro-, provenientes de cuatro ganaderías del sur de Ayacucho, variados de juego, alguno como el primero que tuvo sus teclas y que se dejaron de cierto modo. Destacando el segundo del encierro.
Cristóbal Pardo, silenciado en ambos.
Alfonso de Lima, vuelta al ruedo y silencio.
Detalles:
Muy buena entrada registrada en el Torokuna, demostrando la gran afición de los residentes chumpinos en la capital.
Declarado desierto el Escapulario de la corrida por el Día del Trabajador.
Premiado con la vuelta al ruedo el segundo toro de los Hnos. Ramos Taype.
Esta vez aún con retraso, el paseíllo demoró menos que lo acostumbrado en las portátiles, buen síntoma.
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Qué inmensa afición la de los pueblos ayacuchanos, manifestada esta tarde con la gran asistencia que practicamente llenó la portátil Torokuna, del distrito de Villa María del Triunfo, en la zona sur media de Lima.
Chumpi, pujante y muy taurino distrito de la provincia de Parinacochas no ha sido la excepción pues llevados por ese espíritu emprendedor y festivo, cada año los residentes chumpiños afincados en la capital de la república, organizan y llevan a cabo corridas de toros concitando gran afluencia no sólo de coterráneos sino de muchos cientos de aficionados limeños.
Cristóbal Pardo, de teja y oro, abrió plaza con un astado de
"El Molino" de la familia Poma, de Coracora. Negro zaíno, alto, largo, terciado y enjuto, al que recibe con variedad en el capote. Navarras, serpentina y un remate soltando la mano. Es el mismo diestro quien coge y coloca los zarcillos. El primero dejándose ver y el segundo par de adentro hacia afuera al violín es el más logrado pero algo trasero. Brinda a los oferentes del toro. Comienza recostado en tablas para ir llevándolo afuera. Ni bien despliega la muleta le gritan unos impertinentes
"¡párate!" lo que causa molestia en el matador que solicita calma con un ademán. El torito recorta en los primeros pases. Pide muleta a media altura y así por el derecho lo hace pasar. Muestra algo de genio el morito notando su procedencia de Camponuevo. Por naturales en los medios, son de uno en uno, luego busca ligarlo cuando acude la res. Se suceden un afarolado, molinete y desdén. Serie final de derechazos todo a media altura, acusa rajarse el burel y lo sujeta con pases de castigo por ambos pitones y un par flexionando rodillas. Entra a matar sobre las rayas en la suerte contraria pinchando arriba. Cambiando sitio, clava media tendida. Silencio.
Con el salido tercero, un jabonero muy chico, protestado de salida por su escasa presencia, procedente de la ganadería "Sara Sara", de los hermanos Huamaní, hijo de una vaca de La Centinela y un macho de La Ahumada, la labor del matador colombiano estuvo condicionada entre las protestas por la falta de trapío de la res como por la falta de acople, sobre todo al natural pues va recostado el bichito por el pitón izquierdo. No obstante, le ha logrado templar cua ndo en los medios le ha intentado. Hay fastidio del espada con el público impaciente. La banda se hecha a tocar sin que motivo exista. Estocada entera desprendida. Silencio.
Alfonso de Lima, celeste y oro, empieza con esta actuación su temporada nacional. Le tocó en suerte uno del hierro de
"Ramos" propiedad de los Hermanos Taype, de Chumpi. Negro chorreado, abierto de sienes, que remata fuertemente en un burladero. Lo recibe con vistoso saludo del percal a la verónica y el remate por alto a una mano. Buen puyazo de
Cahuantico. El llamado quite es por navarras, tafalleras y la media de remate. Luego de brindar al familia Ramos, se ubica en el medio del ruedo para de rodillas citar al bicho en el inicio de faena. Tiene tranco y alegría el torito. Se arranca como un tren lo cual aprovecha el matador liemeño para sujetarlo y alargarle el muletazo. Un defecto notorio es que que rebrinca. Suena el pasodoble del paisano mundialmente famoso que es mitad el
Cóndor Pasa y mitad las notas del himno patrio . La siguiente serie por derecha encadena los muletazos quedando bien colocado siempre. Repite codicioso el de Ramos. Pase de las flores para iniciar una nueva serie por derceha gustándose mucho, hay cambio de manos para el forzado de pecho. Hay una tanda con un trincherazo de cartel, previo a templar y embarcar la embestida a media altura. Corta la serie por la izquierda donde hay dos de buen trazo. En la suerte natural, un metisaca tras descolocarse el torito, luego media tendida que resulta suficiente. Vuelta al ruedo que ordena el usía.
El que cerró la tarde fue de
"San Isidro", de Hermanos Gutiérrez, proveniente de la zona de Lampa. Castaño, bociblanco, bonito, con pregón de toro y cornamenta ligeramente caída y abierta. Al que recibe Alfonso por verónicas en el tercio, la primera a pies juntos y las siguientes a compás abierto. Sale suelto echando la vista hacia tablas el toro. Le advierto intenciones de garrochista y busco buen recaudo en un callejón carente de burladeros internos. En efecto, lo intenta y la angustia transcurre efímera en los tendidos. Pega bien
Cahuantico con la vara. Otra vez obsequia quite el matador que va por mandiles soltando una mano en el remate. Parean bien, Denis Castillo, que estira los brazos arriba, mientras Christian Córdova
Camucho se luce al suyo. La faena de muleta va con despaciosidad, dando aire y sometiendo al toro que no ha dejado de estar pendiente del callejón. Poca fijeza tiene el sanisidro, acusa rajarse. Lo sujeta con la muleta en la cara y logra ligarle una buena serie por derecha. La música no se hace esperar con
Puerta Grande cuando hay naturales de buen trazo sobre las rayas. Empieza a quedarse corto el burel luego de una faena larga que a la postre condicionó el fallo con la espada pues aquerenciado dificulta cuadrarlo. Lástima, el pinchazo al primer intento, al segundo un chasquido resuena tras romperse el estaquillador. Otro intento con casi media que basta.
Tarde entretenida, pese a la poca presencia del ganado pero que dejó buen sabor por la entrega de los diestros y la asistencia del público.
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