Como antaño, la peña centenaria, perenniza los momentos trascendentes...
El pasado sábado 20 de julio, antes de que se
diera inicio a la última corrida del abono de la feria La Oportunidad, se develó un azulejo de la firma Casa Iturry, por medio del cual
premonitoriamente el Centro Taurino de
Lima, la institución centenaria y decana de los aficionados del Perú y
quizás la segunda más antigua del mundo, perennizaba la puerta grande alcanzada
por primera vez en la nueva y reluciente Plaza
de Toros La Esperanza, del distrito de Lurín en la gran metrópoli limeña.
En efecto, tal honor le correspondió al matador de
toros castellonense Paco Ramos Collado
quien en virtud a la faena realizada el 29 del mes de junio, en la primera
corrida del serial, al toro N° 89 “Pimiento” de la ganadería viraquense de Campo Bravo (Viraco, Arequipa)
cortándole las dos orejas.
Acompañaron al matador, el propietario de la plaza Augusto Tito Fernández y el presidente
del Centro Taurino de Lima, Rafael Oliart
Velarde.
Tal como sucedía antaño en la mismísima Plaza de Toros de Acho, el buque
insignia del Perú taurino, donde la peña centenaria a lo largo del tiempo ha dejado puestas muchas
placas conmemorativas, no queriendo hacer menos en este nuevo escenario que se
pone a servicio de la afición de la capital peruana. Recordemos que si bien es
cierto, el año pasado, el coso ya vio salir a volandas no a uno sino a dos
espadas de luces más el empresario; esto se dio antes de que sea convertida en
la plaza formal que es ahora.
Premonitorio el hecho de que finalmente, Paco Ramos
haya sido a la postre el triunfador de la feria la Oportunidad con lo cual
accedió de forma directa a completar el cartel del domingo 17 de noviembre
alternando en consecuencia con Jerónimo Ramírez, Luis Bolívar, Luis López,
Rafael Serna y Jesús Enrique Colombo.
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