Asociación de Toreros Aficionados incentiva nueva afición y afianza la de los buenos aficionados...
Escribe Martín Campos
En el Fundo La Esperanza, del distrito de
Pachacamac, al sur de Lima, se dio inicio al IV Festival del Torero Aficionado, organizado por la ATA, la encomiable entidad que los
agrupa bajo el liderazgo del indesmayable José
Ignacio Bullard y la invalorable colaboración de Tito Fernández, propietario del fundo en cuya plaza se ha realizado
el festejo de esta primera fecha.
La de ayer
sábado 11 de noviembre ha sido una jornada maratónica, puesto se dieron dos
series, a las 2 pm la primera, y la segunda a las 6 pm, respectivamente. En
tanto, en medio de ambas hicieron el paseíllo seis matadores de toros en retiro
como son Daniel Palomino, Paco Chávez, Gabriel Tizón, Guillermo
Santillana, Aníbal Vásquez,
y el ecuatoriano José Luis Cobos, el gran bastión de la fiesta de los toros que
existe en el hermano país del norte.
Participaron
en la primera serie, los toreros aficionados: Luis Barriga, Sebastián Frías,
Juan José Orbegozo Chinín, Luiggi
Alva y Camilo Rondinell. Resultando ganador Luiggi Alva.
En la segunda
serie de la fecha, destacó sobresalientemente José Alfredo Koechlin, quien
resultó ganador de la serie como de la fecha. Alternaron con él, Jaime Tavera,
Esteban Morales y Rodrigo Bullard.
Destacable,
sin lugar a dudas, el magnífico encierro de becerras enviadas por el ganadero Salvador Sánchez, todas con nota
aprobatoria mostrando gran clase, calidad, bravura y transmitieron. Unas con
ese genio que emociona y da para tocarle las teclas y otras agradecidas con lo
bueno que se dejaban hacer. Gran selección del joven ganadero arequipeño.
Del
mismo modo y no quedándose atrás, La
Centinela de Hernán Velarde y Gabriel Tizón, por su parte, aportaron seis
becerras en tipo que se dejaron y colaboraron a redondear la tarde, puestas
para los matadores en retiro que actuaron en el intermedio de las dos series de
competencia.
Demás decir de
lo bien que estuvieron aquellos, contagiando al público asistente de su alegría
y buenas maneras que evocaron sus tardes de gloria. Ver, pese a los años, a los
matadores Daniel Palomino y Paco Chávez puestos frente a las
exigencias de las vacas fue de gusto añejo. Para subrayar la torería de Gabriel Tizón que por mandiles no
rehuyó el quite hecho por su alternante el maestro José Luis Cobo quien para asombro se asomó antes con verónicas
llenas de sentimiento.
Guillermo Santillana, desplegando mando y poder en cada muletazo largo que
instrumentaba. A su turno, qué buenas series pegó el maestro ecuatoriano José Luis Cobo, tanto en la cadencia de
su capote como en cada pase con la muleta con la que toreaba a gusto y maestría
a la becerra. Qué decir del matador Aníbal
Vásquez De las Casas, siempre egregio. No en vano el doctor Luis Herencia
lo califica como “el mejor torero de
tientas que hay en nuestro medio”. En Aníbal, las cosas frente a las reses
se ven fáciles. Un lujo realmente tener a estos maestros reunidos. El público
retribuyó cada entrega y gesto de ellos con sonoras ovaciones.
De las dos
series en competencia, todos los toreros supieron mostrar sus cualidades y
argumentos, unos más que otros evidentemente pero con la satisfacción cumplida.
Mención aparte
la participación de Esteban Morales llegado por cuenta propia desde el país
hermano del Ecuador. Rodrigo Bullard a lo suyo, poniendo mucho de sí atacando a
la vaca por el pitón donde era más clara, otra buen ejemplar del encierro. Muy
seria, tenía buen tranco y genio. Suena la música con aquel himno de la ATA “Vamos a torear” interpretado en la
nostalgia del recuerdo de don Alfredo
Bullard. Detalles que se aquilatan y emocionan.
En la
cabalgadura, David De la Barra siempre eficiente y en la brega Alfonso Mamani,
cumpliendo bien como siempre.
Destacaron
particularmente en cada una de sus series, respectivamente, Luiggi Alva de
mucho acople con su becerra, mientras que José Alfredo Koechlin sencillamente
cuajó una gran faena sobre todo sustentada en la mano izquierda, con naturales
de gran factura, lentos, largos, impregnados de hondura tal como le permitía
una gran vaca de Salvador Sánchez, codiciosa, con ritmo y enclasada.José
Alfredo toreó a gusto, encajado, metiendo los riñones y con solvencia. Fue
declarado triunfador de su serie y de la fecha.
Remataron las becerras, los alumnos aspirantes, Israel Flores y Pedro Pérez.
Los que
asistieron pasaron una grata jornada taurina, muy buen ambiente y comodidad
para disfrutar de esto que a todo buen aficionado apasiona. Meritoria labor de
la Asociación de Toreros Aficionados del
Pérú, ATA. Enhorabuena.
Hasta la
próxima semana, Dios mediante.
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