lunes, 28 de noviembre de 2016

ACHO RENDIDO ANTE PONCE, UN TALAVANTE PLETORICO Y ENTREGADISIMO ADAME, EN BUENA TARDE DE TOROS QUE EL ACERO PRIVO DE TIRUNFO GRANDE A LA TERNA

Los que no llegaron se la perdieron...buen encierro de Juan pedro Domeqc, cuarta corrida de Feria, domingo 27 de noviembre 2016...

Por Martín Campos, especial para el Centro Taurino de Lima.
Fotografía de Francisco Gallegos.

Ese poco menos de un cuarto de asistentes que faltaron para repetir otro lleno importante, se arrepentirá por mucho tiempo no haber estado hoy en la plaza. Teniendo al mejor aficionado presente, el sol, se dio la cuarta corrida del serial de la Feria del Señor de los Milagros, Acho 2016, llamada como es costumbre “Corrida de la Prensa”, con tres toreros muy dispuestos y entregados, haciendo cada uno lo suyo y lo que bien pudo ante un buen encierro de Juan Pedro Domecq que volvía a Lima luego de 16 años, justamente desde que un toro de este hierro “Halcón”, le permitiera al maestro Ponce cortar el último rabo en Acho.


Hicieron el paseíllo el maestro Enrique Ponce, de tabaco y oro. Alejandro Talavante, de azul rey y oro; y el mejicano Joselito Adame, de nazareno y oro. Buen encierro de Juan Pedro Domecq, diremos, para no ser rigurosos, aceptables que, salvo dos algo terciados, fueron de buena presentación, muy nobles, con clase, movilidad y juego variado en general. Lo que se encuadra en el neologismo taurino actual de la “toreabilidad”.  

MAESTRO DEL TOREO es el valenciano de Chiva, Enrique Ponce. Negarlo sería un cretinismo. Con una trayectoria forjada en sus 26 años de carrera que luce actualmente revitalizada como diciendo siempre por más que surjan nuevos apretando, aquí estoy yo. Con una capacidad enorme y única para poner a todos los públicos en la palma de su mano. Una sola mirada al tendido del maestro provoca de inmediato, emulando la velocidad lumínica, se vuelque éste a sus pies. Hoy Acho no fue la excepción y cayó rendida ante la enorme compostura de un Ponce que no dejará ya de entender que Lima lo quiere hasta la rendición, a veces desmedida y sumisa, como los amores colegiales de los quinceañeros.  Ese amor puesto de manifiesto en la ensordecedora ovación que Lima le entregó esta tarde. De esas que prodigaron a grandes como, Belmonte, Bienvenida, Ordoñez o Manzanares, para citar algunos.
Todo aquello suficiente para sus adeptos, que los tiene por miles en todas partes, pero de indiferencia para quienes le reclaman esa cuota de emoción que un toro con algo de genio puede llegar a transmitir y no los cómodos pastueños que no transmiten sino un libreto ya previsible y por demás conocido.
Dicho esto, miraremos la actuación del maestro como el común denominador, para no caer en exigencias ni exquisiteces. Más aún cuanto es sabido las características del encierro, basados en aquella “toreabilidad” de la que tanto se habla hoy en día.

Cartel de toros
“Alucino”, bonito castaño de 522 kgs., errado con el 106, bien armado, no se emplea del todo de salida, es suelto, cuando acude se fija y es pronto al cite del maestro de Chiva que con sobrado oficio lo pone en el percal echando rodilla en tierra, a por verónicas gustándose con él. Aplausos que no se hacen esperar. Buen puyazo de César caro que no instrumenta más por ser cambiado el tercio. Es por chicuelinas a mano baja el quite vistoso en los medios que remata con preciosa revolera. Me percato de la pantalla de la cámara del gráfico amigo Pepe Arata al que le salió un fotón digno de inmejorable cartel de toros ese remate. Luis Fernández que vino en lugar del inseparable Mariano de la Viña, coloca su segundo par con aseo. Se aplaude. Cumple Armando Rojas, El Manco, que ya está plenamente recuperado del puntazo en la ingle recibido hace dos semanas. Brindis muy sentido en los medios dejando oir estruendosa ovación. Lima está con el diestro y hace por demás evidente ese feeling. Comienza el trasteo por doblones al toro que le echa la cara arriba, despaciosidad en los derechazos. La siguiente es de escultura ya acoplándose, dos por derecha que liga con el de pecho colosal que es otro cartelazo de toros. Con sobrado oficio lo embarca a media altura y compone la embestida para propiciar el estallido de olés y más olés cayendo frenéticos desde los tendidos. Música y se presagia triunfo grande con un toro de clase que lleva prendido a la muleta. Por la izquierda se le queda un pelín corto y mueve la cabeza. En jurisdicción del T-9, son ya de uno en uno los muletazos,  tocándolo para que se arranque y entre en muleta. Le hace un extraño pero aguantando le consigue un par de circulares eternos. La faena se consolida por el derecho que es el pitón del toro. Del final las acostumbradas poncinas marca de la casa que encadena con cambio de mano de sublime estetismo. Se acalla la música y también los murmullos quedando solo el absoluto silencio imperante colmado de ansiosa expectativa. Buena estocada ligeramente desprendida que despacha al toro. Fuerte petición de trofeos que al darse el primero se va diluyendo. Oreja bien otorgada por el Juez esta vez atinado.
Metiendo la cara el juanpedro en el remate poncista
Su segundo, “Merecedor”, un toro colorado con cara de joven, bonito de tipo, uno de los dos de menos pesaje, es tenuemente pitado en algunos sectores de sol. El recibo es probándolo pues le echaba la cara arriba dudando en su acometida. Palomares fatal con la vara y es pitado al hacer puerta. Denis mejor al segundo par por todo lo alto. Se va la 10 donde es requerido para dar inicio al trasteo con muletazos por bajo despaciosos, con mando, embarcando la embestida del toro que rompe con un punto de bravura. Vale recordar lo afirmado por Juan Pedro Domeqc cuando define bravura como “la capacidad de lucha que lleva el toro hasta el momento de su muerte”. Sumado a la nobleza del animal, la mesa está servida para desarrollar toda la sapiencia de un Ponce en su magisterio. Muletazos por ambos pitones siendo más potable el derecho. Templanza, mando y despaciosidad, en cada muletazo, donde intercala cambios de manos, afarolados y el de pecho que hacen estallar los olés y ponen play a la música.  Para terminar el celebrado ballet de poncinas y un farol que encandilan. Faena de triunfo grande que se emborrona al pinchar consecutivamente, media tendida y otros tantos con la cruceta. Pese a todo, tiene a la gente en la mano que al unísono le grita “!!Torero, Torero!!”. El diestro agradece emocionado hasta las lágrimas sabedor de que se le iba el puesto en la carrera por el Escapulario. Aunque al principio se lo piensa es obligado por el público a dar la vuelta al ruedo que es entre clamores como las de aquellas de tiempos pasados.

Emocionado Ponce hasta las lágrimas al ser ovacionado 

PEDAZO DE TORERO, es Alejandro Talavante, que vino a Lima con la misma predisposición con la que lo hemos visto entregándose en toda esta memorable temporada que ha tenido en Europa y que tampoco está dispuesto a descuidar el sitio de figurón del toreo que ostenta. Recibe al segundo de la tarde “Orgía”, negro hosco, de 475 kgs., apenas justo de presencia, por verónicas en los medios que se jalean por el público y remata con la media. Cambian el tercio de varas con un puyazo solamente que receta Manuel Cid. Bien con los palos Salvador Diaz. Pareciera acusar cierta invalidez de la mano izquierda. Sin brindarlo inicia la labor con la franela por estatuarios. Naturales llevando al toro que pega saltitos y transmite poco y es incierto aún así logra una serie muy buena por derecha que remata con el de pecho de rigor desprendiendo los primeros aplausos para el de Badajoz. La música se enciende tras una serie ligada por la izquierda por donde tiene más son el juanpedro, vuelve por el derecho, lo cambia inesperadamente por la espalda, pase de la firma, en un palmo de terreno manoletinas al son de los olés, olés,  pega la mirada al tendido que ya vibra con una faena que tuvo en sus manos pero sin conjugar del todo. Cuando ya se va quedando corto lo cuadra para la suerte suprema que ejecuta fallida al pinchar en hueso luego coloca algo caída con lo que el burel dobla y pasa a mejor vida. Es reconocido el diestro que recibe fortísima ovación.

Natural de Talavante
Su segundo, quinto del serial, de nombre “ Malcosido”, colorado de 527 kgs. en la romana, acusa poca fuerza al perder las manos de salida, va por mandiles en los de prueba para casi no ser picado, apenas “le tomaron la muestra” como apunta José Arata a mi lado, corrije el maestro Pedro Cárdenas (que se retiró esta tarde luego de impecable trayectoria). En los medios vuelve a perder las manos y la gente se impacienta. Destaca en banderillas Valentín Luján que viste el mismo color de su matador. En los medios, donde brindó al público, rodillas en tierra cambiados que emocionan, ya incorporado instrumenta por ambos pitones, con mucho poder y hondura, derechazos encajados y naturales soberbios. Cómo está este año Talavante, inmenso, desplegando un toreo puro, profundo, fundamental y consolidando su tauromaquia como una de las mejores. Con el público totalmente entregado, regala una sinfonía de toreo pleno, acoplándose con un toro que despertó y creció en su muleta sacando clase y un fondo de bravura. Cambiados, farol invertido y el de su sello personal las arrucinas antes de volver por derechazos genuflexo exponiendo tanto que en una le mete un derrote en el pecho que el matador supo controlar y salir airoso. Todo lo que le hizo al gran toro que tuvo enfrente estaba servido para coronar en triunfo grande que lamentablemente queda en sonora ovación al matar con una estocada entera tras pinchazo.




ENTREGA A RAUDALES Y TORERÍA, del mejicano Joselito Adame que ya se ganó un lugar en el gusto de Acho con esta su tercera participación en la Feria limeña. Torero de pies a cabeza, en sus andares y maneras. Pechó con un lote algo más complicado pero que supo sortear con solvencia y mucha predisposición. Recibe a su primero, tercero del turno, de nombre “Flechillo” con 552 que en pizarra es anotado como melocotón de capa pero nos dio la impresión serlo jabonero sucio, los melocotones son jaros claros y jaro es el de tonalidades más rojizas e incluso rubio. El jabonero, en cambio suele ser más beige o café con leche como éste. Precioso recorte a una mano que es todo un cartelazo con el que se propone tomarse al público, su picador José Prado señala arriba, buen tercio de banderillas destacando Ronald Sánchez y oportuno quite del Manco. Para no ser menos es retribuido el brindis con sonora ovación que evidencia la creciente empatía de Lima con la primera figura azteca que lanza larga y alta la montera que cae boca arriba por lo que, con leve disimulo, ordena al peón acomodar. Que hay gitanería mexicana pues ya lo ven, desde tiempos de Procuna, el “gitano mexicano”. Pero el toreo de Joselito Adame nada tiene de gitano ni de espantadas sino de entrega y estetismo. Con decisión por no quedarse convidado en lo que ya devenía la tarde, supo capear la embestida incierta de este jabonero que recela su embestida, no se fija y desparrama la vista. Toro incierto del que el azteca resuelve con altura y plantando las zapatillas en el albero calando y conectando para escuchar los olés de un público que estuvo en todo momento con la terna. 
Derechazos con mando, ligando y provocando la embestida. Buena serie que culmina con el molinete que prende la música reclamada con mayor antelación. Cruzándose en un arrojo de valor, va por cambiados por la espalda para girar con los pitones entre los muslos, el morito le protesta los circulares. Manoletinas muy ceñidas y el desdén cara al tendido para culminar faena de mucha entrega con estocada desprendida con la que corta un apéndice.


El que cierra tarde es el sexto “ Dardillo”, negro, de algo menos hechuras pero en la línea del hierro. Lleva 461 kgs, que aparenta, bien armado, es alegre, galopa es y repetidor de salida, lo lancea Adame por verónicas para ponerlo en jurisdicción de Angelo Caro que solo “saca otra muestra de sangre” con un minipuyazo con lo que es cambiado provocando se pite al juez. El quite es en los medios con zapopinas a su aire, con el percal muy recogido, ejecutadas con lentitud pasmosa que echa el vuelo del capote dibujando un cono serpentínico de exultante belleza. Un capo para ejecutar este lance el mexicano.
Al turno, Ronald Sánchez casi pierde pies, y destaca esta vez Ricardo Ramos “El Loro”. Brindis en los medios que se retribuye. Comienza pegado y con una mano en tablas del tendido siete, lo toca levemente con el filo de la muleta ganado pasos, pierde el torito las manos, sobre las líneas y un inoportuno que ya se hacía esperar le grita “en los medios” pero es acallado prontamente. Bien esta vez el público de Acho. Derechazos y naturales con mando y conduciendo la embestida del torito que tiene son y transmite.  Despatarrado el diestro liga los muletazos y la banda entona “Silverio Pérez”, son jaleados la serie de naturales para terminar con ayudados por alto para cuadrar al toro, tras pinchazo acierta al segundo intento. Ovación.

Zapopinas vistosas del mexicano Joselito Adame
Gran tarde de toros donde los aficionados muy toreristas de Lima salieron satisfechos de esta cuarta corrida de la serie ferial. El premio a la mejor faena de esta "CORRIDA DE LA PRENSA" otorgado por el Círculo de Periodistas Taurinos del Perú que preside Carlos Castillo Alejos, se lo llevó por mayoría Enrique Ponce luego de la votación por miembros del gremio efectuada en la entrada del museo de la plaza.

Emotiva despedida al varilarguero nacional Pedro Cárdenas
Otra muy buena entrada que debió ser lleno total pero que acalla toda diatriba anti poniendo las cosas en su lugar. Bien por la fiesta y por la empresa que está saldando positivamente este debut como gestora de Acho lo que avisora con buen presagio el balance final del quinquenio asegurado.

(MC)

4 comentarios:

  1. Excelente crónica Martín, detalles muy importantes resaltados en tu descripción de la corrida. Una linda y emotiva tarde que estará en el recuerdo para todos los que queremos a esta plaza.

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    1. Gracias Hugo, en efecto, una tarde que dejó prácticamente felices a todos, los que gustan de un estilo u otro. Así es esto.

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  2. Gran comentario, qué diferencia con las opiniones del grupo en el whatsapp durante la corrida. Grande Martín

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    1. Muchas gracias, estimado doctor, viniendo de Ud. tal elogio no solo alienta sino que compromete a estar a la altura.

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