lunes, 7 de noviembre de 2016

PRIMERA CORRIDA DEL CICLO FERIAL ACHO 2016

Lleno espectacular en la primera de feria de la temporada limeña.

Por Martín Campos, "el Duce"

Muchos aficionados comentaron esta tarde a la salida de los tendidos de la plaza que el último “lleno de bandera” fue el de aquel cercano 2009 en que se presentaron ante toros de don Roberto Puga José Tomás, Finito de Córdoba y Miguel Angel Pereda. Ciertamente, esa vez hubo un lleno muy importante, casi, apenas, de los llamados “de hasta la bandera”. El último gran lleno de esas características lo constituyó el del 18 de noviembre de 1990, con Víctor Méndez, Curro Vásquez y Roberto Domínguez, que lidiaron ganado nacional de la Viña y de la Huaca. Saliendo aquella tarde a volandas el portugués y el vallisolitano.
Otro detalle, hoy en Acho, que lució espectacular, salieron al ruedo a modo de despeje creemos, pues no nos pareció ya que lo hicieron por detrás de los alguacilillos aunque la idea haya sido esa, tres monturas: un charro, un campero andaluz y un chalán, como rememorando aquel 27 de octubre de 1996, cuando la feria celebró sus 50 años, con lleno muy importante también y que a la vez recordaba ese inicio inaugural del 12 de octubre de 1946 con Luis Procuna, Manolete y Alejandro Montani. 
Triunfador ARR en casa
LO DE HOY
Enorme expectativa, que se recuerde, no vista desde cuando el anuncio de la presencia del Cordobés suscitaba en los días previos a su presentación en Lima. Y es que así se ha vivido el ambiente generado en torno al llamado con total contundencia, “efecto Roca Rey”. Desde que pisó el Jorge Chávez, sus encuentros con los aficionados en las tientas, sus apariciones en los medios, sus traslados, la entrega de afecto correspondido merced a su simpatía y sencillez y hasta la aparición de cierto merchandise creado en base a su estela de figura actual. 
Hoy se cumplió otra jornada histórica en Acho, por el ambientazo que generó este lleno espectacular anunciado previamente horas antes por la empresa con el rótulo del “no hay billetes”. Premio y logro de una gestión que demuestra conocimiento y sobre todo enorme afición.

Lleno que se extrañaba en Acho
LA CORRIDA
Con cielo nublado pero con sensación de atisbo solar, se dio por inaugurado el ciclo ferial que cumple 70 años, ante un lleno espectacular que prácticamente colmó los tendidos colgándose el cartel del “no hay billetes” en taquilla. Partieron plaza, el maestro Julián López “El Juli” de burdeos y oro; y nuestra figura Andrés Roca Rey, de verde hoja y oro, que reaparecía luego de la para de más de dos meses luego de los percances sucesivos sufridos en España que le obligaron cortar temporada.
Estuvo de sobresaliente el matador nacional Víctor Hugo Garavito, de verde turquesa y oro.
Hicieron frente a ganado español de Garcigrande (cinco) y uno del hierro de Domingo Hernández, anovillados, terciados, por lo menos dos, y algunos sosos y faltos de raza, de juego disímil que lucieron cornamentas inapropiadas siendo 4. Destacaron y fueron buenos el 1°, 4to. y 5to.
Invita el de casa al acostumbrado saludo en Acho desde los tercios recibiendo la primera clamorosa ovación de toda la plaza puesta en pie. Hermosa sensación que se dejaba extrañar en nuestra postinera feria.

Buen muletazo al natural del Juli 
El JULI
Vino a Lima para dejar sentado que no está dispuesto a resignar aún su lugar de máxima figura mundial, recibe a “Tizito”, colorado de 490 kgs.,herrado con el 116, gacho de cuerna, dio la impresión acusar un defecto en la pata izquierda que sale suelto; con verónicas de buen gusto, que remata con un torerísimo desplante oyendo los primeros olés. Apenas fue señalado con la vara. El quite es por el pase refirmado por él, la lopecina, que los mexicanos conocen de antes como zapopina pero que el madrileño ejecutó sin desplegar del todo alto el capote. Se jalean. Luego, rodillas en tierra, el remate es con vistosa media para sacárselo a una mano ya incorporado. Coloca algo caído el par Darcy Tamayo. Mejor los de Edward Valdez que se aplauden. Brega con oficio Alvaro Montes. El brindis es a su alternante y anfitrión, ARR, que genera estruendosa segunda ovación.

Brindis al de casa
Inicia la faena de muleta en los medios con un pase cambiado. Estático, a pies juntos, los derechazos, que son dos, los remata cambiando la mano para ligar con el de pecho. Al natural pasa mejor el toro que acomete con nobleza pero justo de fuerzas. Nueva serie por derecha, templados, lentos, mandando. Es desarmado en la siguiente serie que va por izquierda. Corrige a base de mando y poderosa muñeca. Así son más logrados los naturales, largos y templados, molinete y el de pecho. Enciende la música que la banda no interpreta con afinación. Cuatro derechazos por bajo enormes citando y llevándolo de largo que liga con el redondo, el molinete de rodillas, uno por alto siempre genuflexo y el remate ídem con el de pecho lentísimo. Cuatro medios circulares por detrás sin moverse un ápice, todo en una loseta, encadena con el de pecho y el desdén torero. Empieza una nueva serie con dos ayudados por alto y naturales rodillas a tierra arrojando el estoque a un lado que liga con el soberbio pase de pecho pasándoselo muy cerca que es todo un cartel de toros. Se perfila entrando con su peculiar julipié pinchando a la primera. Consuma todo en el segundo intento con una tendida traserilla de tres cuartos. Dobla el buen toro, que tuvo nobleza y clase por lo que se le aplaudió en el arrastre. Aplausos y salida al tercio. 
El tercero “Tendero” es negro de capa, con 527 kgs., sale astillado del pitón derecho. Protestado por un sector del público. No se emplea, es distraído y no se fija. Señala muy buena vara José Antonio Barroso. Los Valdez se lucen en banderillas. El Juli comienza el trasteo por bajo, lo lleva a los medios y se dobla con el burel que no es claro, mirón y falto de raza que no transmite ni con batería. Se muestra dominador el maestro madrileño y sometiéndolo consigue tandas largas de muletazos. Lidiándolo lo exprime pero hay poco toro. En este instante hay molestia en los tendidos por el reflejo del gas lacrimógeno lanzado por la policía para dispersar a un grupúsculo de no más de dos decenas de indeseables que no lograron su propósito de convocar una gran manifestación en contra nuestra. El llenazo de esta tarde los pone en evidencia, ojalá los medios destaquen esto y no lo otro.
Se queda corto el bicho, casi no embiste y se apaga. Sendos pinchazos en dos intentos. Al tercero estocada tendida y desprendida. Silencio.

Al de pecho de rodillas del maestro Juli
“Rabanillo” es su tercero que sale en quinto lugar, colorado de 540 kgs. de Domingo Hernández, que es lo mismo, es muy buen toro, metió la cara abajo y tuvo movilidad. Recibe gran puyazo de Angelo Caro y el quite es por apretadas chicuelinas a pies juntos. El morito se le arranca al caballo que cuida la puerta. Más chicuelinas y remate por bajo precioso. Se luce con los garapullos “El Rata”. Brega Darcy y marra Montes. Brinda esta vez al público en los medios y oye otra gran ovación. Inicia a pie del 9 doblado en tierra con mano baja la serie de derechazos sujetándolo “lo pone en muleta” logrando estupenda serie que se aplaude con fervor. El derecho es el pitón del toro que embiste con nobleza, humillando y tiene calidad, la serie es con mando y bien rematada. Insiste por la izquierda y son muy poderosos los naturales, largos y sentidos que se saborean con aroma de romero a un toro de gran condición que soporta sin protestar una faena casi enteramente por bajo. Son ligados, templados y consumados con maestría estos naturales que ponen de pie al público y pagan la mitad de la entrada. Cuando ya se percibía triunfo grande el acero le juega mala pasada al pinchar pero sin soltar la espada, acabando con el muy buen toro al segundo intento. Oreja que pudo ser dos si no se toma en cuenta el pinchazo.
Maestro Julián López que dejó a todos de acuerdo, salvo por esa peculiar manera de entrar a matar que a muchos no gusta, incluido este servidor.



ANDRES ROCA REY
La figura peruana reapareció ante sus paisanos que lo recibieron de gran forma, como antaño se hacía con todas aquellas figuras del toreo que llegaban a Lima. Vistió de verde hoja y oro para lidiar a su primero “Célebre” un colorado terciado, chorreado en verdugo, de 515 kgs., marcado con el guarismo 3, de cornamenta gacha, y algo ligeramente caída y cerrada. Lo recibe en el 6 y manda tocarlo al Yuca y Denis. Verónicas a compás abierto, en una pierde el capote. Chicuelinas ceñidas en los medios. En la vara con infortunio Yaco, cosa inusual en él. Acomodándose para el llamado quite el público guarda expectante, se coloca el capote a la espalda para ejecutar por saltilleras y cambiados. Hace pasar un susto al caer luego de tropezar con el pie derecho. Remate a una mano que enciende ovación. El Juli al quite no dejándose ganar la partida. Ronald Sánchez al riesgo. Brinda Andrés en los medios persignándose en memoria de los compañeros y gente del toro fallecidos este año, seguramente pensando en el que fuera amigo suyo, Renato Motta. El torito se encela en el burladero del 8, comienza con buena serie a pies juntos pero acomete desganado el de Garcigrande, sin brillo ni gracia alguna. Aún así consigue hacerlo humillar y llevándolo pegado saca algunos muletazos que se truncan por quedarse a mitad de camino el sosete. No es para encender la música pero unos entusiastas la piden y con criterio apresurado la banda acata pero prontamente es acallada por la mayoría. La música la debe autorizar el juez o estar condicionada su ejecución a lo vibrante de una serie. Mal la banda que también dejó notar desafinación y apresuramiento. Aguantándole mucho instrumenta naturales de buena factura al bicho que a ratos es mirón. Nuevamente algunos entusiastas desmedidos ensayan el grito de “!Perú, Perú!” felizmente sin eco mayoritario. A su aire, se mete un arrimón para sacarle circulares y ya de final los del celeste imperio de rigor. Pinchazo recibiendo y se eterniza con el descabello, dos avisos y esperar al próximo. Silencio.


“Veleto” sale cuarto y segundo para ARR, colorado, ojo de perdiz, de cuerna abierta y baja, con 525 kgs. en la pizarra. Muy buen toro enclasado. El mejor del encierro. El recibo es rodillas en tierra con largas cambiadas, le siguen sendas verónicas aterciopeladas. Lo lleva a la monta de David de la Barra que señala apenas. Al quite va por cordobinas, chicuelinas y remata vistoso a una mano. Ovación. Buen par de Denis Castillo como bueno el de Ronald que saludan gran ovación desde el tercio. Brinda Roca Rey al público en los medios. Pases cambiados de su firma con el toro que acude pronto. En un palmo y asentadas las zapatillas al reluciente albero, encadena con la arrucina, el pase de las flores y el de pecho muy logrado. Trae clase el toro, mete la cara tiene son y humilla enterrando los hollares, de triunfo. Con la izquierda deja naturales acompasados de gran factura. Ahora sí la banda es oportuna y se oye la música que el espada pide cambiar por marinera. Al suscrito no le gusta pues considera que las faenas que lo merezcan deberían ser siempre acompañadas con el pasodoble. Nuestra bellísima y elegante marinera muy bien en otras circunstancias, en el preámbulo, en los tendidos luego del 5to toro como es costumbre en Acho, en los patios. Pero en el ruedo pasodoble. Salvo mejor parecer y/o a gusto de cada quién. Se pondrán ejemplos como Pamplona, la Méjico, etc. Pero uno apuesta por la esencia. Tema para debate sin duda. La gente está en extasiada con el nacional que derrocha, ahora sí, todo su repertorio en el sitio acostumbrado. Combina los circulares, arrucinas, cambiados, todo en el espacio en que cabe una loseta. Toro para faena grande que sin embargo se lo emplea con efectismo de acuerdo al toreo que va perfilando Andrés y que le ha valido, a su corta carrera, millares de adeptos pero también de muchas draconianas críticas. Tiempo al tiempo. Aquellos que podrían minimizar la tauromaquia fresca y aún imperfecta del peruano tienen que aceptarlo como figura ya puesta entre el parnaso de las estrellas, esas que a su solo anuncio hacen posible volcar a las gentes a colmar todos los tendidos, aquí, allá o dónde sea y como sucede con nuestro compatriota siendo la tarde de hoy una clara muestra de todo ello. Los de remate encienden aún más al público desbordado, manoletinas y bernadinas para el colofón. A los gritos de “Torero” se apresta para la suerte suprema. Coloca estocada ligeramente caída que ocasiona vómito a la res que vende cara su muerte de bravo. Dobla y la plaza hecha un loquerío se cubre en un bosque zarandeado de pañuelos blancos. Hermosa imagen el ver así nuestra plaza. Cae la primera oreja y se mantiene la petición hasta que el juez concede el segundo apéndice. Triunfo del gallo peruano que agradecido pasea entre clamorosa vuelta al ruedo. Del lado de los muchachos de Los Erales le deslizan un pañuelo que se sujeta al cuello.



El que cierra la tarde es un deslucido negro listón, que no agrada de salida por su fea estampa, de nombre “Farolero” con 510 kgs. No se emplea, mete la cara arriba y da cabezazos moviendo de lado en lado la cabeza, embistiendo con desorden. En uno de los de recibo pierde las manos. Va por tafalleras y un afarolado. Brega esta vez Ronald con pulcritud. Brinda a una dama en el tendido 5. Creo que Andrés se equivocó al no retribuir el brindis que le hizo en su primero El Juli. La cortesía de devolver el gesto siendo tú el de casa debió ser anotada desde el callejón si al diestro se le fuera haber pasado, como creemos sucedió, pues nuestro compatriota es de guardar siempre las formas. A la franela son de uno en uno pues el toro se queda corto y entre silbidos de algunos sectores se apaga pronto. Aún así Andrés trata de sacarle lo más que puede a base de voluntad y empeño. La gente se distrae por las condiciones del toro que no contribuye y evidenciando mansedumbre se le ciñe por dentro en un pase por lo que abrevia y mata bien de efecto fulminante. Estocadón. Silencio.
ARR a volandas en clamorosa puerta grande

Tarde que quedará para la historia por el lleno espectacular rozando los mástiles. Mal la banda que debe ensayar más su repertorio para no adelantarse en las entradas y corregir su apresuramiento.
El Juez discutido por amplio sector del público otorgando vuelta al ruedo a dos toros que aunque buenos no fueron extraordinarios.
A mucha gente aún no le cuadra la idea de acostumbrarse a ese burladero símil del de la Monumental de Insurgentes. Vimos entre los asistentes a políticos, autoridades y mucha farándula. Gente tanto en sol como en sombra muy bien puesta.
Dos grupos criollos amenizaron en ambos patios respectivamente y los anticuchos desprendían sus aromas apetecibles.
Malestar entre los tendidos por el gas lacrimógeno lanzado por los custodios policiales a los desadaptados que en número insignificante fueron a molestar pero recularon ante la contundente presencia de aficionados que colmaron la plaza de cabo a rabo.
Dio gusto ver al doctor Pedro Gutiérrez re incorporado la cuerpo médico de la plaza.
La cuadrilla española completa de Andrés de paisanos en el callejón ante la imposibilidad reglamentaria de vestirse de luces como fue el deseo del matador. Hubiéramos querido ver siquiera a uno de ellos acompañando a los nuestros de plata que en líneas generales cumplieron.
Lleno impresionante como los de antaño
Quedamos contentos, ojalá se mantenga la expectativa para lo que continúa.

(Texto: MC. Fotos: Mario Gallegos)

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