Escribe Martín Campos
El viernes último se vivió un espectáculo inédito para nosotros, un festival taurino, en beneficio de la Asociación ANAR, que conjugaba música y toreo. Música de la mejor a cargo de los Gipsy Kings que se presentaban por primera vez en nuestro país, y el toreo del más grande torero francés de todos los tiempos, Sebastián Castella, que hizo frente en solitario a cuatro novillos de San Simón, que salvo el tercero, complicaron demasiado. Encierro duro, reservones, mirones y revolviéndose pronto en cada intento del diestro francés. Intoreable. Pero así es esto, nadie sabe cómo saldrán los toros. El que hizo tercero, el de mejores maneras, permitió que Castella a base de dominio le extrajera algunos buenos muletazos mostrando su buena predisposición hasta donde la paciencia se lo permitió. Algunos desubicados turistas, del sector más pudiente, metiéndose con el matador, terminó por mortificarlo aún más evidenciando cierto fastidio al termino de su actuación.
Para aquellos exigentes, siempre habrá aspectos en contra, lo cierto es que una figura de la talla del francés que accede a presentarse en un festival benéfico que conlleva un fin altruista, es digno de resaltar. Este esfuerzo hecho por los empresarios que arriesgaron debe ser agradecido y ponderado como aficionado.
Los Gipsy Kings, con André, Pablo y Canut Reyes a la cabeza, deleitaron desde que subieron al escenario con su conocido repertorio. Espectáculo de primera que puso luego a todos a bailar en el ruedo.
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| Los Gipsy Kings por primera vez en el Perú |
Felicitamos a los organizadores.
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