Tarde de expectativa enorme que se tradujo en una gran entrada...los dos peruanos con nota alta.
Escribe Martín Campos
Lima, domingo 5 de noviembre del 2017. Tarde con brillo solar y público
que abarrotó la plaza de Acho pusieron el matiz propicio para la expectante
primera tarde de corrida del ciclo de la Feria
del Señor de los Milagros donde se lidiaron toros de Daniel Ruíz, desiguales,
terciados, escasos de presencia, salvo quinto y sexto que también tuvo más
movilidad. El cuarto inválido muy débil de manos. El primero protestón y de
escasa presencia como el segundo y tercero muy terciados que de no ser por el
guarismo ni votaban.
Enrique Ponce : Palmas y silencio.
Andrés Roca Rey : Oreja y palmas.
Joaquín Galdós: Oreja y dos orejas.
Como era de esperarse, la más que
bicentenaria Plaza de Acho registró
una gran entrada. Fue prácticamente de lleno total ante la enorme expectativa
creada en torno del cartel que presentaba este inicio de abono, sin duda muy
rematado con la presencia del inagotable Enrique Ponce junto a los de casa Andrés
Roca Rey y Joaquín Galdós.
Muy vistosa y celebrada la alegoría realizada por el Regimiento de Infantería Juan Fanning de la Marina de Guerra del Perú.
Muy vistosa y celebrada la alegoría realizada por el Regimiento de Infantería Juan Fanning de la Marina de Guerra del Perú.
Enrique Ponce, de catafalco y oro con bordado de
hojas de laurel, partió plaza ante Travieso,
negro listón, de 459 kilos que sale suelto y es remiso en los primeros lances.
En la muleta le tapó los defectos al que mantenía esas formas de embestir sin
codicia, deslucido, al que le hace hace meter la cara con muletazos de buen
trazo por el derecho que fue el que mejor ofreció el torito. La música demora y
cuando suena es tras una serie de naturales. El maestro valenciano muy por
encima de su oponente le corre la mano lo más que le permite. Algo va pasado de faena que termina con media
estocada la cual basta por su rápido efecto. Palmas.
Con el que salió cuarto, de nombre Niñero, negro de capa, con 462 kgs.,
protestado de salida por terciado, anovillado y cara joven pese al guarismo en
la paleta que lo define como toro, acusa debilidad en las manos, termina rodado
un par de veces sino fueron tres. En una el valenciano lo coge por el pitón
para ayudarlo a reincorporarse. Escoge bien el 9 para el inicio con la franela
pero el bicho desaprueba en el encuentro. Un gritón lanza la sentencia: mucho
torero para tan poco toro. Tanto como le protesta los muletazos, se le vence
por el derecho. Imposible. Pincha en hueso y al segundo acierta. Palmas. Pechó
con lo más bajo del lote.
Andrés Roca Rey, de gris y plata con remates blancos,
no las tuvo todas consigo esta tarde en que hacía sitio por tercera vez en Acho
al fallar con la espada sobre todo en su
segundo toro al que pinchó dos veces perdiendo el trofeo que pudo haberlo hecho salir
por la puerta grande y triunfar al lado de su paisano. Recibe al echado segundo
de nombre “Nigeriano” de 450 kgs. muy terciado, fuertemente pitado de salida y
con el que se mostró más efectista. En varas el morito apenas recibió un tímido
beso por parte de Yaco. Se luce en la brega Denis Castillo y a los palos un irreprochable
Alonso Mamani. En los medios, el llamado quite es a por chicuelinas ceñidas.
Hace un intento por brindarlo pero desiste. No era para brindis menos al
público el esmirriado de Daniel Ruiz. Inicia con la pañosa por cambiados marca
de la casa. Tuvo el torito una chispa de embestir pronto y de esa virtud
aprovechó Roca Rey para desarrollar su precoz maestría. Lo toreó por ambos
pitones con poderío y más por el izquierdo que fue el pitón del burelito. En
otras manos ni se vería. Por encima del de Ruiz instrumenta lo que le valió
para llegar al sitio donde está y surgen los pases que conectan, arrucinas que
invitan contener el aliento. Para el final se aprieta con las bernardinas .Espada
ligeramente caída de la que no tarda mucho en doblar el pupilo de Daniel
Ruiz.Oreja.
Pudo haber tocado pelo de no marrar con la
espada. Puso mando y valor para ponerse casi empujando con sus muslos los
pitones de Enemigo, negro listón de
455 kgs. que salió quinto. Tuvo algo de son y esa cualidad la aprovechó Roca
Rey para conectar siempre con el tendido. Al caballo el toro coge una vara muy
corta de Joseph Rojas. Decide esta vez por el quite el cual receta por
saltilleras. Tras el brindis en los medios principia su labor a pies juntos
donde los ayudados por alto brotan de su enhiesta humanidad. Faena variada que
lo deja ver por encima de su oponente sin guardarse nada de su repertorio. La
música para entonces ya suena al compás de la inusual Ay Pena, penita, pena que
compusiera Rafael León y Arias Saavedra, a mitad de ella el coleta pide cambiar
por la marinera que el tendido acompaña a las palmas cuando se echa a torear
por bajo con mucho sabor y poderío. Al ir a por uvas un bocinazo impertinente
lo desconcentra y marra el puñetazo al pinchar un par de veces siendo al tercer
intento el que pasaporta al toro enterrado la espada. Saludo.
Pedazo de torero…
Es Joaquín
Galdós Moreno. Salió trajeado de corinto y oro. Estuvo sencillamente sensacional.
Con un toreo por todo lo alto que armó el lío en Acho. Mostró una actitud
distinta, enrazado y con asentado valor también pues sino cómo se llama a esa decisión
de ir a pararse en frente de la puerta de la jaula para recibir a su segundo a
porta gayola. Hoy Galdós demostró que no quiere ser menos ni pasar a la sombra
de nadie. Cuajó a sus dos toros con hondura y arte exquisito, en base al toreo
suyo que es el que pone de acuerdo a tirios y troyanos. Tiro y Troya hoy han
brindado juntos por la grandeza del peruano que ya no será el otro peruano
simplemente. Joaquín brilla con luz propia y su camino le depara cosas grandes.
Con el primero de su lote, el que salió
tercero, Asistente, negro zaíno, con
451 kgs., que partió la vara de El Toto al primer encuentro con su cabalgadura,
a los palos Pelusa pasó apuros y Alonso
Mamani siempre atento destaca quitándole al toro cuando ya hacía hilo por el de
plata. Lo recibió el matador rodillas a tierra con larga cambiada, luego en el
quite la cosa fue por verónicas que remata con la media. Desiste del brindis
ante la exigencia del público que protestó lo terciado del bicho.
Principia con una serie por derecha que
ya asoma lo que vendrá luego. Hay mando y temple en cada trazo de su muleta
clásica. Se toma todo el tiempo del mundo dándole distancia para buscar la arrancada del
torito que nunca metió el morro abajo pero tuvo desplazamiento. Temple de
manual del toreo el que ejecuta Joaquín. Luego con la mano de la verdad surgen plenos y con vasta profundidad los naturales. Obra excelsa en cada manotazo
al ralentí más sosegado. Sin extenderse pues el torito se le venció un par de
veces por el derecho, culmina con estocada ligeramente desprendida, por lo que
el Juez concede la que el público dictamina reservándose aquella que otorga él
manteniendo firme su decisión pese al abrumador pedido del respetable.
Con el que cerraba tarde, el sexto que
es un castaño entipado, de nombre Golondrino
con 461 kgs., sencillamente rompe a triunfo y arma el lío en la plaza. Con
decisión marcha a recibirlo a porta gayola en la cual pasa el toro como un tren.
Luego del brindis se dobla por bajo con la muleta y ahí mismo el remate con el
forzado de pecho que la gente premia entusiasta. Consintiéndolo lo sabe cuidar
y administrar. Hay ligazón en cada tanta que el público jalea con esos olés
característicos en Acho que se dejaban extrañar. Por naturales la cosa adquiere
dimensiones de faena grande y sólida. Aflora la hondura en cada uno,
despaciosos y enormes de largura que parecen nunca terminar. Cumbre y obra de
arte consumada. Espadazo ligeramente pasadito que no es óbice para que el usía
conceda lo que negó en un primer instante. Dos orejas a ley y puerta grande de
la que sale a volandas visiblemente emocionado. Bien Torerazo !
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Fotos: Martín
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