lunes, 6 de noviembre de 2017

JOAQUÍN GALDÓS ARMÓ LÍO EN ACHO EN LA PRIMERA DE ABONO

Tarde de expectativa enorme que se tradujo en una gran entrada...los dos peruanos con nota alta.

Escribe Martín Campos

Lima, domingo 5 de noviembre del 2017. Tarde con brillo solar y público que abarrotó la plaza de Acho pusieron el matiz propicio para la expectante primera tarde de corrida del ciclo de la Feria del Señor de los Milagros donde se lidiaron toros de Daniel Ruíz, desiguales, terciados, escasos de presencia, salvo quinto y sexto que también tuvo más movilidad. El cuarto inválido muy débil de manos. El primero protestón y de escasa presencia como el segundo y tercero muy terciados que de no ser por el guarismo ni votaban.

Enrique Ponce : Palmas y silencio.

Andrés Roca Rey : Oreja y palmas.

Joaquín Galdós: Oreja y dos orejas.


Como era de esperarse, la más que bicentenaria Plaza de Acho registró una gran entrada. Fue prácticamente de lleno total ante la enorme expectativa creada en torno del cartel que presentaba este inicio de abono, sin duda muy rematado con la presencia del inagotable Enrique Ponce junto a los de casa Andrés Roca Rey y Joaquín Galdós.

Muy vistosa y celebrada la alegoría realizada por el Regimiento de Infantería Juan Fanning de la Marina de Guerra del Perú.


Enrique Ponce, de catafalco y oro con bordado de hojas de laurel, partió plaza ante Travieso, negro listón, de 459 kilos que sale suelto y es remiso en los primeros lances. En la muleta le tapó los defectos al que mantenía esas formas de embestir sin codicia, deslucido, al que le hace hace meter la cara con muletazos de buen trazo por el derecho que fue el que mejor ofreció el torito. La música demora y cuando suena es tras una serie de naturales. El maestro valenciano muy por encima de su oponente le corre la mano lo más que le permite.  Algo va pasado de faena que termina con media estocada la cual basta por su rápido efecto. Palmas.

Con el que salió cuarto, de nombre Niñero, negro de capa, con 462 kgs., protestado de salida por terciado, anovillado y cara joven pese al guarismo en la paleta que lo define como toro, acusa debilidad en las manos, termina rodado un par de veces sino fueron tres. En una el valenciano lo coge por el pitón para ayudarlo a reincorporarse. Escoge bien el 9 para el inicio con la franela pero el bicho desaprueba en el encuentro. Un gritón lanza la sentencia: mucho torero para tan poco toro. Tanto como le protesta los muletazos, se le vence por el derecho. Imposible. Pincha en hueso y al segundo acierta. Palmas. Pechó con lo más bajo del lote.


Andrés Roca Rey, de gris y plata con remates blancos, no las tuvo todas consigo esta tarde en que hacía sitio por tercera vez en Acho al fallar con  la espada sobre todo en su segundo toro al que pinchó dos veces perdiendo el trofeo que pudo haberlo hecho salir por la puerta grande y triunfar al lado de su paisano. Recibe al echado segundo de nombre “Nigeriano” de 450 kgs. muy terciado, fuertemente pitado de salida y con el que se mostró más efectista. En varas el morito apenas recibió un tímido beso por parte de Yaco. Se luce en la brega Denis Castillo y a los palos un irreprochable Alonso Mamani. En los medios, el llamado quite es a por chicuelinas ceñidas. Hace un intento por brindarlo pero desiste. No era para brindis menos al público el esmirriado de Daniel Ruiz. Inicia con la pañosa por cambiados marca de la casa. Tuvo el torito una chispa de embestir pronto y de esa virtud aprovechó Roca Rey para desarrollar su precoz maestría. Lo toreó por ambos pitones con poderío y más por el izquierdo que fue el pitón del burelito. En otras manos ni se vería. Por encima del de Ruiz instrumenta lo que le valió para llegar al sitio donde está y surgen los pases que conectan, arrucinas que invitan contener el aliento. Para el final se aprieta con las bernardinas .Espada ligeramente caída de la que no tarda mucho en doblar el pupilo de Daniel Ruiz.Oreja.


Pudo haber tocado pelo de no marrar con la espada. Puso mando y valor para ponerse casi empujando con sus muslos los pitones de Enemigo, negro listón de 455 kgs. que salió quinto. Tuvo algo de son y esa cualidad la aprovechó Roca Rey para conectar siempre con el tendido. Al caballo el toro coge una vara muy corta de Joseph Rojas. Decide esta vez por el quite el cual receta por saltilleras. Tras el brindis en los medios principia su labor a pies juntos donde los ayudados por alto brotan de su enhiesta humanidad. Faena variada que lo deja ver por encima de su oponente sin guardarse nada de su repertorio. La música para entonces ya suena al compás de la inusual Ay Pena, penita, pena que compusiera Rafael León y Arias Saavedra, a mitad de ella el coleta pide cambiar por la marinera que el tendido acompaña a las palmas cuando se echa a torear por bajo con mucho sabor y poderío. Al ir a por uvas un bocinazo impertinente lo desconcentra y marra el puñetazo al pinchar un par de veces siendo al tercer intento el que pasaporta al toro enterrado la espada. Saludo.


Pedazo de torero…

Es Joaquín Galdós Moreno. Salió trajeado de corinto y oro. Estuvo sencillamente sensacional. Con un toreo por todo lo alto que armó el lío en Acho. Mostró una actitud distinta, enrazado y con asentado valor también pues sino cómo se llama a esa decisión de ir a pararse en frente de la puerta de la jaula para recibir a su segundo a porta gayola. Hoy Galdós demostró que no quiere ser menos ni pasar a la sombra de nadie. Cuajó a sus dos toros con hondura y arte exquisito, en base al toreo suyo que es el que pone de acuerdo a tirios y troyanos. Tiro y Troya hoy han brindado juntos por la grandeza del peruano que ya no será el otro peruano simplemente. Joaquín brilla con luz propia y su camino le depara cosas grandes.



Con el primero de su lote, el que salió tercero, Asistente, negro zaíno, con 451 kgs., que partió la vara de El Toto al primer encuentro con su cabalgadura, a los palos Pelusa pasó apuros y Alonso Mamani siempre atento destaca quitándole al toro cuando ya hacía hilo por el de plata. Lo recibió el matador rodillas a tierra con larga cambiada, luego en el quite la cosa fue por verónicas que remata con la media. Desiste del brindis ante la exigencia del público que protestó lo terciado del bicho.
Principia con una serie por derecha que ya asoma lo que vendrá luego. Hay mando y temple en cada trazo de su muleta clásica. Se toma todo el tiempo del mundo  dándole distancia para buscar la arrancada del torito que nunca metió el morro abajo pero tuvo desplazamiento. Temple de manual del toreo el que ejecuta Joaquín. Luego con la mano de la verdad surgen plenos y con vasta profundidad los naturales. Obra excelsa en cada manotazo al ralentí más sosegado. Sin extenderse pues el torito se le venció un par de veces por el derecho, culmina con estocada ligeramente desprendida, por lo que el Juez concede la que el público dictamina reservándose aquella que otorga él manteniendo firme su decisión pese al abrumador pedido del respetable.

Con el que cerraba tarde, el sexto que es un castaño entipado, de nombre Golondrino con 461 kgs., sencillamente rompe a triunfo y arma el lío en la plaza. Con decisión marcha a recibirlo a porta gayola en la cual pasa el toro como un tren. Luego del brindis se dobla por bajo con la muleta y ahí mismo el remate con el forzado de pecho que la gente premia entusiasta. Consintiéndolo lo sabe cuidar y administrar. Hay ligazón en cada tanta que el público jalea con esos olés característicos en Acho que se dejaban extrañar. Por naturales la cosa adquiere dimensiones de faena grande y sólida. Aflora la hondura en cada uno, despaciosos y enormes de largura que parecen nunca terminar. Cumbre y obra de arte consumada. Espadazo ligeramente pasadito que no es óbice para que el usía conceda lo que negó en un primer instante. Dos orejas a ley y puerta grande de la que sale a volandas visiblemente emocionado. Bien Torerazo !



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Fotos: Martín
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