domingo, 25 de noviembre de 2018

GALDÓS TRIUNFADOR CON TRES OREJAS Y PUERTA GRANDE


Gran nivel del torero limeño, Manzanares en maestro y bronca  poco sopesada para un siempre esperado Morante...

Escribe: Martín Campos

Plaza de toros de Acho, domingo 25 de noviembre, cuarta corrida de abono de la Feria del Señor de los Milagros. Tres cuartos de plaza, cuando se presagiaba algo más dado lo relevante del cartel y de cómo ha ido dándose cada tarde previa del ciclo nazareno, ha sido la entrada en el más que bicentenario coso limeño. Toros del Puerto de San Lorenzo (Atanasio) 1° ,2 y 6°; de Ventana del Puerto (Jandilla) 4° y 5° más uno, el 3° de García Jiménez. Lote de hechuras y juego desigual.

Morante de la Puebla, silencio y abroncado fuertemente.

José Mari Manzanares, saludo en el tercio y oreja.

Joaquín Galdós, oreja y dos orejas.


Detalles:

Manolo Molés en una barrera del cuatro.

Bronca descomunal contra Morante en su segundo toro por aliñar.
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Broncas tremendas han habido en Acho muchas veces y allí están hurgando en los recuerdos y memorias de los aficionados mayores. Desde darle la espalda a los toreros hasta vociferarle los más destemplados gritos. Es cosa que viven inexorablemente los toreros por lo menos una vez en su vida, o varias. Los divos del toreo aún más, desde El Gallo a Curro y de Ortega Cano a Morante. Sí, a Morante, el de la Puebla del Río que estas últimas temporadas más ha sido protagonista del escándalo que por la finura de sus muñecas. Divo al fin y al cabo, muchos le perdonan todo, casi todo o ya no tanto. Lo de esta tarde que era expectante por la ilusión de verlo por fin en toda su magnitud simplemente nos volvió a la desazón, al desconcierto y la bronca contenida en nuestro interior. No aquella bronca que se encendía en los tendidos, sino una particular, íntima, la nuestra propia. Más allá de ser criticable si de por medio el diestro, vestido de peculiar blanco y azabache con flores de colores,  antepuso su asco por un toro que de salida se le recostaba y era mirón y que fue con el otro de su lote lo menos potable del encierro, mal el público gritándole maricón y teniéndolo cogido de allí en adelante sin sopesar su función de director de lidia. Como tampoco sopesó, que según parece “Renacuajillo” del hierro de Ventana del Puerto, toro basto que fue aplaudido en la salida, se rompiera la extremidad izquierda al pisar un hoyo tras salir de banderillas, (algunos afirman en cambio que se dañó luego del gargantazo con que lo despachó) para que, sumado a la impertinente vocingla del gritón conocido que le espetó: “Morante toreas o me voy” apurara la determinación del divo por coger el estoque y proceda a aliñar.

En su primero, “Langosto” del Puerto de San Lorenzo, que fue desentendido, distraído, soso, manso y justo en extremo y al que debió cuidar para no terminar rajado como terminó,  se desenvainó del pitón derecho al rematar en tablas y luego en ese arranque con fuerza sobre el peto de la montura de David de la Barra que le pegó bien, nada pudo hacer. Aliñó con tres cuartos de estoque.



José Mari Manzanares, de terciopelo en corinto y oro,  recibe por verónicas al segundo de la tarde de nombre “Playerito” que mete la cara bien. Se arranca con fuerza el toro al caballo metiendo y dando pelea.  Gran puyazo de su picador Morales Yot del que hace sangre. El toro tiene galope y se arranca de largo, el diestro alicantino le corrige cierto defecto inicial a base de muletazos mandones y despaciosos, termina metiendo mejor la cara el torito que se entrega y humilla. Estupenda es la tanda mandando y templando que pone play a la música. Mejor va por el derecho con mayor recorrido. Acusa el desgaste en la pelea con el montado que no haberla tenido hubiese roto a más. Pinchazo soltando el estoque, al segundo espadazo pelín tendido del que dobla fulminado. Palmas que saluda en el tercio.


Mejor es el quinto “Vendimiador” de Ventana del Puerto, negro de 504 kgs. y buenas hechuras. Alto de agujas, es pronto, alegre, con buen tranco y son que tiene la virtud de humillar. Se arranca con la cara abajo al caballo del maestro César Caro que pega un buen puyazo. Buenos son los pares de José Miguel Gonzáles y Ronald Sánchez. La gente metida en contra de Morante ni bien toca al toro en su función de director de lidia. Desconcertante.

Faena de acople, con temple desde los primeros muletazos. Es muy buena la tanda entendiendo las condiciones del toro. Lentos son los naturales con la característica propia de retrasar la pierna de salida para quedar nuevamente colocado, instrumenta todo al ralentí y así el tiempo se torna en quimera. Descuelga la carita el toro en cercanías y todo es lentísimo. Faena importante por el acople, la ligazón y el temple de José Mari aprovechando muy bien el son del toro que humillaba.  Pedazo de estocada fulminante del que rueda sin puntilla en los medios al instante. Orejota de peso.


Joaquín Galdós, de precioso y recargado azul marino y oro, ha sido merecidamente el triunfador de la tarde al cortar una y dos orejas, respectivamente. Artista excelso y depurado en sus maneras para torear, ha estado magnífico y sobrepuesto pese inclusive al caer en la cara del toro y quedar a merced demostrando mucha raza torera. Con su primero, el echado en tercer lugar, “Ridículo” de García Jiménez (Peña Francia) cortejano, que fue el de menos kilos de todo el encierro, que se emplea en el saludo por verónicas haciendo el avión y es pronto y repite, lo ha toreado con mucho sentimiento y gusto hasta donde le duró el justo de casta. Pese a ello tuvo a un oponente que pedía muleta y el diestro limeño se la dio. Y de qué forma, en toques suaves y cadenciosos, lentos y acompasados fueron los pases mejores por la diestra. Estocada entera, apenas contraria de la que dobla. Una oreja.


El sexto fue “Garavito” del Puerto de San Lorenzo, con 555 kgs. en báscula, negro zaíno, abierto de cara, encelado en el caballo de Adolfo Andrade demoran en sacarlo del peto. Para el brindis que es al público en los medios, la gente está con el paisano y los gritos cursilones de “Perú” ,“Perú” como del fútbol, no se hacen esperar. Se dobla con él de forma muy torera. En tablas van los pases por derecha con la flámula flexionando la pierna que se jalean de inicio. Un detalle apenas lo descompuesta que queda la franela pues no hay aún tersura en cada muletazo al que pega la cara arriba y va entendiéndolo. Se descalza arrebatado para en los medios llevarlo mucho mejor administrado, a su aire, como le pedía que lo mime para irse a más como lo hizo. Gran serie por naturales en una faena que caló por la entrega y toreo hondo de Galdós que nunca bajó el ritmo y nivel. Muy asentado el diestro que revienta al toro en un espadazo tremendo del que rueda sin puntilla.  Dos orejas y a soñar con el Escapulario aunque en la retina guardemos para gusto propio la faena del año pasado por las muchas circunstancias que acontecieron esa vez. 


Al cierre trascendió que el Círculo de Periodistas Taurinos lo declaró triunfador por ser esta la llamada corrida de la prensa.


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